5.623 muertos y 200.000 desplazados

Las enfermedades se ceban con los desplazados por el seísmo de Java

La abundancia de voluntarios sanitarios contrasta con la carencia de medicinas básicas necesarias y de agua

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Las condiciones precarias en las que viven decenas de miles de desplazados por el seísmo del sábado pasado en la isla indonesia de Java han originado la aparición de enfermedades comunes como diarreas, gripes y neumonías, que se agravan por la falta de medicinas suficientes.

"En todos los hospitales que hemos visitado nos han dicho que tienen suficiente personal médico, lo que necesitan es material sanitario y medicinas", ha declarado Óscar Medina, coordinador de la organización no gubernamental española Médicos del Mundo.

Yogyakarta, la ciudad universitaria indonesia por excelencia, ha sido la menos dañada por el seísmo, y miles de estudiantes de Medicina y Enfermería se han ofrecido como voluntarios en los hospitales. Han llegado también médicos de otras ciudades indonesias como Yakarta y Surabaya.

La abundancia de personal sanitario contrasta con la carencia de medicinas.

Se necesitan "kits" de traumatología para tratar a los heridos, pero los hospitales y los centros de crisis instalados en las carreteras principales piden también ahora analgésicos, antibióticos y antidiarreicos para tratar las nuevas complicaciones.

La ausencia de agua potable en algunas zonas ha sido uno de los detonantes de la aparición de enfermedades, según Sabil, voluntario de Cruz Roja Indonesia. Por este motivo, varias organizaciones como Oxfam o Unicef han iniciado la distribución de agua hasta que se complete la reparación de los pozos dañados.

La organización espontánea en pequeños grupos de desplazados en vez de en grandes campos gubernamentales dificulta también la distribución de ayuda y la supervisión de las condiciones higiénicas y sanitarias.

La Cruz Roja Española tiene previsto construir letrinas y duchas en los hospitales de campaña en los que instale sus tres plantas potabilizadoras para reducir el riesgo de cólera e infecciones.

Según el último balance gubernamental, 5.623 personas han muerto y 200.000 han sido desplazadas por el terremoto.