Soldados estadounidenses asisten a un herido por una bomba que explosionó al paso de un convoy. / AP
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Dos periodistas de la CBS mueren y otro permanece en estado crítico en Irak

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Tenía que haber sido una salida breve y aburrida para documentar cómo vivían los soldados estadounidenses el Día de los Caídos, pero lo único rutinario en Irak es la muerte. El equipo de televisión de la CBS se convirtió en noticia cuando explotó un coche bomba aparcado junto al lugar en que se detuvo la patrulla estadounidense. El cámara de 48 años Paul Douglas y el técnico de sonido James Brolan, de 42, murieron en el acto, mientras la periodista Kimberly Dozier, de 39, se encuentra en condiciones críticas. En la tragedia mortal les acompañó un soldado estadounidense, y otros seis resultaron heridos, mientras otras 56 personas perdían la vida en una cadena de incidentes violentos.

Con su inmenso despliegue de recursos en guardias de seguridad y vehículos blindados, los medios estadounidenses no están acostumbrados a que sus periodistas se sumen a la lista de víctimas. Sin embargo, la cada vez más violenta situación en Irak no deja nadie a salvo. El pasado 29 de enero, un equipo de la cadena ABC que viajaba con una patrulla mixta sufrió la explosión de una bomba de carretera. El periodista Bob Woodruff, que un año antes había tomado el relevo del prestigioso programa World News Tonight, dirigido durante veinticinco años por el laureado Dan Rather, se convertía en el primer presentador estadounidense herido en zona de guerra. Los daños que tanto él como su cámara canadiense Doug Vogt sufrieron en la cabeza le mantienen aún completamente apartado del ojo público.

Por encima de Vietnam

La corresponsal de CBS, a cargo de la delegación para Oriente Próximo, luchaba ayer por su vida en el mismo hospital de combate estadounidense de Bagdad que tratase a Woodruff. La veterana periodista ha sido jefa de la delegación de CBS en Londres para Europa, donde conoció al equipo que ha perdido en el accidente. En el pasado de estos veteranos de conflictos se pueden nombrar Pakistán, Afganistán, Israel, Ruanda y Bosnia, pero ninguno tan peligroso como el que les ha costado la vida.

Irak ha sobrepasado ya con creces a Vietnam, Bosnia, Ruanda, Kosovo y Chechenia, hasta entonces los más mortales. Desde la invasión de marzo de 2003, 71 periodistas y 26 empleados de medios de comunicación que les acompañaban han perdido la vida, según el Comité para la Protección de Periodistas. La organización Reporteros Sin Fronteras eleva la primera cifra a 91, a lo que también abría que añadir al menos 46 secuestrados, sin olvidar que muchos otros se han resuelto con negociaciones secretas. En comparación, Vietnam se cobró la vida de 63 periodistas a lo largo de veinte años.