Nuestro campo es ecológico

Hoy en día no basta con trabajar la tierra o cuidar al ganado para producir alimentos sanos y de calidad, y los profesionales del campo son conscientes de ello.

Cuando la competencia en el mercado es atroz y las políticas comunitarias vienen a adelgazar aún más los bolsillos de los agricultores y ganaderos, se impone la especialización y la necesidad de ofrecer al consumidor un producto que aporte un valor añadido y que justifique pagar mejores precios en las tiendas.

En este punto es en el que entra en juego la apuesta por una agricultura y una ganaderías ecológicas, que están en total sintonía con los gustos cada vez más exigentes del consumidor, y que en la provincia de Cádiz están dejando de ser un rara avis para convertirse en prácticas habituales y generalizadas.

Las cifras no engañan, y como explicaban estos días los técnicos de Ecocádiz -la sectorial de Asaja dedicada a la producción ecológica- sólo en el recién terminado plazo de solicitud de ayudas de la Política Agraria Común (PAC), más de medio centenar de agricultores y ganaderos gaditanos han pedido algunas de las tres medidas de acompañamiento agroambientales que estaban disponibles y que se dividían en tres actividades como la agricultura, la ganadería y la apicultura. Y ésas son sólo las cifras de las solicitudes que Ecocádiz ha tramitado, por lo que los términos absolutos aún pueden ser mayores.

De esta forma, en los poco más de dos años de existencia de esta sectorial que se creó en 2003, ya son 123 los profesionales de la provincia que han apostado por este método de producción, la mayoría de ellos ganaderos, ya que sus solicitudes son cerca de un centenar. En cifras, los más de 50 nuevos expedientes solicitados, que se suman a los 73 que existían en campañas anteriores, suponen un aumento del 63% en la tendencia hacia este tipo actividad.

La razón que esgrimen los técnicos de Ecocádiz para esta importante apuesta por las medidas medioambientales en Cádiz es que «en esta provincia muchos ganaderos y agricultores ya son ecológicos sin saberlo, porque incluso antes de hacer ninguna solicitud y de tener que someterse a controles y certificaciones ya cumplen todos los parámetros que son necesarios».

Por eso, no es difícil que muchos de estos profesionales del sector primario den el paso que les lleva a firmar un acuerdo por cinco años mediante el que ellos se comprometen a realizar prácticas aceptadas por la Dirección General de Agricultura -y que serán certificadas por los dos principales organismos o empresas del sector, el Comité Andaluz de Agricultura Ecológica (CAE) y Sohiscert- a cambio de recibir subveciones anuales que pueden estar en torno a los 180 euros por hectárea y que además les permite identificar sus productos con el sello de calidad que otorga la Unión Europea. Un distintivo que es garantía de trazabilidad y seguridad alimentaria, pero que además hace que sus productos se vendan a precios más rentables para sus bolsillos.

Pese a todo, desde Ecocádiz creen que su trabajo sólo está empezando y que les queda mucho camino por recorrer. Para empezar, no todos los agricultores y ganaderos que podrían ser ecológicos piden las ayudas, porque no les llega la información.

Además, consideran que la Administración podría realizar una mayor apuesta y fomentar que asociaciones como Ecocádiz den un salto de calidad y pasen de ser simples gestoras de tramitaciones a convertirse en entes que puedan aglutinar a todos los profesionales y les ayuden a comercializar sus productos bajo una misma marca así como a facilitar el acceso a la materia prima para ser ecológicos.