CC.OO. hace encallar las negociaciones entre Volkswagen y sindicatos

Los miembros de la Federación del Metal de UGT son los únicos interlocutores del Consorcio Volkswagen en la reunión convocada esta tarde para tratar de desbloquear la negociación del convenio colectivo de la planta de Landaben mediante un acuerdo sobre un plan industrial. Lo que hace pensar en la dificultad de acercar posturas.

El encuentro se gestó en la reunión que mantuvieron responsables de UGT, CCOO y la multinacional en Wolfsburg el 19 de mayo. No obstante, a la convocatoria no acudirá ningún representante de CCOO, ya que el comité de empresa desautorizó por unanimidad - también con los votos de UGT y CCOO- conversaciones al margen de la mesa negociadora.

La Federación del Metal de UGT respondió que acudiría porque el plan industrial para Volkswagen Navarra "trasciende el ámbito de la propia empresa y afecta a todas las empresas auxiliares y al conjunto de Navarra".

Las negociaciones se producen con la deslocalización de una parte de la producción de la planta de Landaben al Este de Europa como telón de fondo. A finales del pasado mes de abril el fabricante automovilístico alemán decidió trasladar parte de la producción del Polo. La fábrica negocia desde hace más de quince meses el nuevo convenio colectivo, sin que hasta ahora se haya llegado a un acuerdo, lo que hace pensar a los sindicatos que la decisión de la empresa es una medida de presión.

Casi la totalidad de la plantilla de 4.200 personas de Landaben secundó varias huelgas a finales de marzo y comienzos de abril, total o parcialmente, con las que se opuso a los planes de recortes de la casa matriz. A comienzos de marzo, la dirección de la compañía decidió retirar su oferta para producir 10.000 nuevas unidades del Polo en la factoría pamplonesa "al no disponer nuestro centro de la estabilidad que hubiera supuesto la firma del convenio colectivo". En la actualidad, la plana navarra de Landaben y la eslovaca de Bratislava producen el modelo Polo.

La reunión de hoy coincide con el anuncio de la empresa de invertir 370 millones de euros en la ciudad rusa de Kaluga, 160 kilómetros al Sur del Moscú, en la que será su primera planta en Rusia.

El presidente de Volkswagen, Bernd Pischetsrieder, que se ha desplazado hoy a Moscú para la firma de los acuerdos correspondientes con las autoridades de Rusia, ha explicado que el objetivo del grupo es multiplicar por cinco sus ventas en este país en un plazo de entre cuatro y cinco años, pasando de las 30.000 unidades actuales a 150.000 vehículos.