Al servicio de Oli

Es un hombre de confianza». Esa es la definición que dio Oli su segundo en el banquillo. Vicente González Vi-llamil tiene un trato casi familiar con Oli gracias a la relación que mantiene con el padre del ex futbolista. Por esto y por su vinculación directa con el mundo del balón fue la primera persona en la que se acordó Oli cuando desde el club le ofrecieron la oportunidad de dirigir la nave cadista.

La llamada del ex jugador no se hizo esperar. «Me llamó cuando todavía estaba en activo; me dijo que podían ofrecerle llevar el primer equipo», comenta Vicentón -como es conocido en el mundo futbolístico-. La respuesta no tardó en producirse. «Me interesó desde un primer momento», confiesa ilusionado una persona que en la actualidad trabaja para una empresa que se dedica a descubrir futbolistas que jueguen en España o Portugal para el West Ham.

González Villamil comenta que la decisión de Oli está llena de valentía porque «ha tenido que ser muy duro dejar el fútbol». Aunque «él lo ha hecho a tiempo», considera. Nada más que tiene palabras de elogios hacia el Oli futbolista. De hecho, en su etapa como entrenador del Avilés quiso ficharlo cuando contaba con 17 años y jugaba en el Universitarios. Finalmente, recibió la oferta del Oviedo donde comenzó a darse a conocer.

Ya en su nuevo papel, asume que «un reto muy difícil y que conlleva una responsabilidad muy grande». Pero su máximo compromiso es con Oli. «Tengo que responderle porque ha confiado en mí; estoy muy comprometido con él, además de con la afición», dice. Del Cádiz conoce poco. Aunque sí recuerda un partido que jugó en Carranza con el Oviedo en Segunda y que ganó 1-2. «La afición me puso la carne de gallina», recuerda. La última vez que vio en vivo al Cádiz fue en el principio de todo. «Lo vi en Las Gaunas, en aquella primera jornada de la liguilla del ascenso; me sorprendió la afición». Su nueva afición.