El hombre de moda
Actualizado:Conocí a Oli en un sitio impensable: la lectura dramatizada de Don Juan Tenorio, en la Universidad, hace dos noviembres. Fue un reparto curioso, correspondiente a una versión divertidísima del clásico, en el que me tocó hacer una doña Inés muy tonta y al delantero del Cádiz C.F., de un criado de don Juan, Ciutti, creo. El que aceptara aquel envite me hizo pensar que estaba ante un tipo peculiar, distinto del cliché del futbolista al uso. Fue después el ídolo de la temporada del ascenso, aquel al que cada domingo en Carranza la grada entera hacía reverencias, el que marcó el gol del triunfo en Chapín y simbolizó tantos sueños colectivos. Cuando ayer supimos que se convertía en el nuevo entrenador del Cádiz no pude menos que percibir toda esa energía positiva y, desde mi desconocimiento más absoluto de las reglas del juego futbolero, alegrarme de su valiente salto al vacío. Suerte.