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Cadena perpetua para el único terrorista superviviente del asalto a la escuela de Beslán
La sentencia aclara que el acusado es «merecedor de la pena capital», un castigo que una moratoria impide aplicar en Rusia
Actualizado: Guardar«Él vivirá con esperanza porque podrá recibir visitas de sus familiares. Nosotras la hemos perdido porque a nuestros hijos no volveremos a verlos jamás», dijo ayer a las puertas del juzgado Zalina Gugúrova, una de las madres de Beslán, al explicar por qué debía haber sido condenado a muerte el checheno Nurpashí Kuláyev, único participante en el secuestro en la escuela número 1 que quedó con vida. Tras un polémico proceso que arrancó el 17 de mayo de 2005, Kuláyev, de 26 años, fue condenado ayer a cadena perpetua. La masacre se saldó con la muerte de 331 personas, -186 eran niños-. Gugúrova fue una de las protagonistas del altercado que tuvo lugar en la sala del tribunal poco después de que sus miembros acabaran de leer la sentencia. Dos policías habían abierto la puerta de la jaula para esposar al condenado y trasladarle a los calabozos cuando un grupo de mujeres se abalanzaron contra él. «Recurriremos el fallo. La pena de muerte es lo único que merece», gritó Gugúrova.
Cárcel por determinar
La sentencia señala que Kuláyev «es merecedor de la pena capital», añadido poco habitual en la práctica jurídica rusa y objeto ayer de duras críticas por parte de muchos letrados. Al mismo tiempo, el Tribunal Supremo de Osetia del Norte sostuvo que, debido a que en Rusia continúa la moratoria sobre ejecuciones, el máximo castigo es la cadena perpetua.
La acción terrorista en la que participó Kuláyev junto con otros 32 guerrilleros enviados por Shamil Basáyev, el hombre más buscado por la Justicia rusa, comenzó el 1 de septiembre de 2004. Ese día tenía lugar la apertura del curso. Todos los alumnos se reunían en el patio y recibían la bienvenida de los profesores. Fue entonces cuando el comando irrumpió en la escuela y recluyó a las 1.128 personas que asistían al acto, incluyendo a los familiares. El edificio fue sembrado de explosivos. El fatal desenlace se produjo el 3 de septiembre. Una primera explosión, seguida de otra pocos segundos después, desencadenó una estampida de niños semidesnudos, tiroteados por la espalda por los terroristas. A continuación, comenzó un caótico asalto de las fuerzas especiales del Ejército y la Policía rusa, al que también se unieron civiles armados. Kuláyev ha sido reconocido culpable de terrorismo, asesinato en masa y secuestro, además de otros muchos delitos, pero él sigue declarándose inocente. Asegura que no sabía adónde iba. El día de la tragedia estuvo a punto de ser linchado. Su abogado piensa recurrir. Es probable que las familias de las víctimas también recurran.