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El PP utilizará la inmigración y la inseguridad para desgastar al Gobierno en el debate de la Nación
Rajoy acusa a Zapatero de irresponsable por ignorar los problemas «que realmente preocupan a los ciudadanos»
Actualizado: GuardarLos problemas derivados de la inmigración y la percepción de que ha aumentado la inseguridad ciudadana serán argumentos que Mariano Rajoy utilizará como arma arrojadiza contra el Gobierno en el debate sobre el estado de la Nación, que se celebrará el próximo miércoles.
En un acto con el grupo municipal popular del Ayuntamiento de Madrid, el líder del PP ofreció ayer un adelanto de su discurso de oposición con el que buscará el desgaste del Gobierno. «En lugar de controlar las fronteras y de hacer algo útil y eficaz, generan problemas», denunció Mariano Rajoy, que apuntó a los nuevos estatutos como la principal ocupación del Ejecutivo socialista, al que acusó de ignorar las inquietudes que realmente preocupan a los españoles.
«Zapatero no se ocupa de los problemas y no ejerce sus responsabilidades», dijo y describió al presidente ocupado en las reformas estatutarias y los debates identitarios en lugar de prestar atención al bienestar de los ciudadanos. Eligió conflictos derivados de la inmigración ilegal, la inseguridad ciudadana que se ha visto incrementada en algunas zonas de Cataluña y el Levante y las necesidades de las personas dependientes, para exigir al Gobierno que no cree «problemas ridículos a la gente» y preste atención a la solución de las dificultades «reales» que afrontan los españoles de a pie.
Elogios a Aguirre
Puso como ejemplo de la buena gestión a los ayuntamientos y, en concreto, elogió el de Madrid, así como a la Comunidad que preside Esperanza Aguirre, para señalar que si el Gobierno de la nación «estuviera a la altura de lo que se hace aquí, otro gallo nos cantaría». Dijo que ambas administraciones ayudan al Ejecutivo central en materia de seguridad y atención a personas dependientes, así como en beneficio de la integración de los extranjeros residentes en España.
Apostó por una inmigración ordenada, pero acusó a los socialistas de carecer de una política de fronteras y de política exterior. «La primera es una catástrofe y la segunda no existe», dijo, pero evitó relacionar la inmigración con la inseguridad, como hizo el secretario general de su partido el pasado miércoles en el Congreso. Calificó de «disparate colosal» la dispersión entre las autonomías de las competencias para la concesión de permisos de trabajo a los extranjeros, como prevén los estatutos catalán y andaluz. «La política de inmigración no se puede fraccionar», afirmó y defendió una estrategia europea común en materia de admisión de extranjeros.
Otro gran asunto que preocupa mucho a los españoles, según Rajoy, es la seguridad ciudadana, a la que él también prestará atención en el debate del miércoles. Recordó que es el Gobierno el responsable de garantizar la seguridad en todo el Estado, a través de Interior, pero volvió a culpar a las reformas autonómicas de la inseguridad creciente en algunas zonas donde actúan violentas bandas de ladrones. «Las cosas no van bien», denunció, «porque estamos con los estatutos y con darle más competencias a las autonomías».
Asimismo, dijo que apoyará la Ley de Dependencia que prepara el Ministerio de Trabajo si no es una norma «para los telediarios y la propaganda».