El Código de Chaves
Actualizado: GuardarLA GLORIETA Quiero tener mi Estatuto. A pesar de haberlo intentado no he podido llegar a la página 10. Me pasa lo mismo que con la multimillonaria obra de Dan Brown El Código Da Vinci. No consigo pasar de la 10 (¿será una señal oculta?). Espero que Hollywood me lo presente en película. Aunque la de Ron Howard me pareció un pestiño. Y no dudo yo de la importancia social del asunto, que lo tiene, sino de la trascendencia mediática del mismo. Eso tendría que debatirlo. ¿Lo sustancial no es el obtener dinero para que las competencias asumidas puedan llegar al ciudadano?
Desde que presencié en mi niñez un concierto de Carlos Cano en la Isla, eso de la verde y blanca lo llevo muy dentro de mi ser. Pero la ración múltiple de nacionalidades, realidades y complejas historias que diariamente nos están fustigando es demasié pal cuerpo. A veces, pienso que son necesidades para las vísceras de nuestros políticos de uno y otro lado. La sustancia es la felicidad de los ciudadanos, frenar el precio de la vivienda, que los centros médicos funcionen cuando no haya más remedio que ir y que las carreteras sean cómodas y la distancia entre los municipios sean más cortas física y mentalmente. Todo este trasiego es necesario, pero insustancial. Chaves tendrá que explicar mejor su Código a los andaluces antes del referéndum. Y el PP dejar de mentar al diablo con eso de la desmembración de España. Ya somos lo suficientemente mayores para asustarnos. Lo que hay que conseguir es el dinero del señor Brown para poder contentar al sufrido contribuyente.