Cultura

Mutantes iguales

La última entrega de los 'X-Men' es el estreno de la semana y ofrece a los superhéroes la posibilidad de hacerse humanos

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Regresan a la cartelera los mutantes de la Marvel creados por el prolífico Stan Lee. X-Men. La decisión final es la tercera entrega -y supuestamente la última- de una de las mejores adaptaciones de un cómic a la gran pantalla. La franquicia ha generado suculentos dividendos, pero la Fox prefiere dejarla en trilogía y abrir futuras series protagonizadas individualmente por los superhéroes X con mayor tirón. Lobezno, alias Hugh Jackman, ya prepara su propia cinta.

Esta tercera parte, la más cara de la saga -150 millones de dólares-, se presenta como un compendio de las películas predecesoras y cambia de director. Brett Ratner (Hora punta) sustituye a Bryan Singer, responsable de los dos estimables filmes anteriores, que prefirió enfocar sus energías en la nueva versión de Supermán, de inminente estreno.

X-Men. La decisión final, rodada en Canadá y San Francisco, comienza donde acabó su anterior capítulo, el mejor del lote, para cerrar la trama de un modo coherente. Aparece una cura para los mutantes, un hecho que alterará el curso de la historia: pueden elegir entre seguir con su singularidad, aunque eso les aísle y les separe, o renunciar a sus poderes y convertirse en seres humanos normales. Los líderes mutantes, el profesor Charles Xavier (Patrick Stewart), que aboga por la convivencia entre todos, y Magneto (Ian McKellen), que cree en la supervivencia de los seres superiores, se ven sometidos a una prueba definitiva: desencadenar la guerra que pondrá fin a todas las guerras. ¿El fin justifica los medios? ¿Es coherente renunciar a la individualidad para integrarse en una sociedad que rechaza lo diferente? Tener un poder especial, ¿es una maldición? Estas y otras cuestiones encuentran respuesta en una sucesión de secuencias de acción y efectos especiales por encima de la media.

Podemos encontrar en las figuras de Magneto y el Profesor X algunos rasgos de Martin Luther King y Malcolm X. La marginación que sufren los mutantes, acosados por los seres humanos considerados normales, vuelve a ser el tema principal de la serie, al igual que en el cómic creado en 1963 por Stan Lee y Jack Kirby. El racismo, la tolerancia y el miedo a lo desconocido. «La cura es el verdadero villano de la historia», comenta Halle Berry, que repite en el papel de Tormenta. «Es algo con lo que he luchado toda mi vida. Cuando era niña, pensaba que si pudiese cambiar yo misma, mi vida sería mucho mejor. A medida que me fui haciendo mayor, he terminado por aceptar que es un completo absurdo». Otros rostros habituales de la saga repiten: Famke Janssen, Anna Paquin, Rebecca Romjin, Hugh Jackman

A sus roles se unen nuevos personajes. Kelsey Grammer, el protagonista de la serie Frasier, es Bestia, el gigante azul, por obra y gracia de los efectos de maquillaje. También aparece Juggernaut, una apisonadora indestructible al que da vida en imagen real el ex futbolista británico Vinnie Jones. Ben Foster, el psicópata mesiánico de la reivindicable Hostage, pone rostro a Angel, el mutante de gigantescas alas blancas, mientras Daniel Cudmore repite con el papel de Coloso, pero esta vez con mayor presencia. Ellen Page encarna a Ga-tasombra, una mutante con la capacidad de volverse inmaterial y separar sus moléculas, de tal manera que puede atravesar cualquier superficie y objeto.