Cádiz se vuelca con su maestro
Actualizado: GuardarOrganizado por la Cátedra de Flamencología de Cádiz, fue un acto bien diseñado, ya que eran muchos los artistas que se sumaron a la celebración de la efeméride. Pero, el sistema de agrupar a los artistas por cuadros surtió su efecto y, cada uno, sólo intervino en un cante a su elección. Así, tras tres horas justas, según el horario previsto, finalizó una puesta en escena que cumplió ampliamente su cometido, recordar al genio gaditano.
No obstante, y pese a la felicitación que hay que tributar a organizadores y artistas, hay que valorar algunos aspectos. Primero, lo referente a las importantes bajas, por distintos motivos, que hubieran dado más brillantez artística al acto, como las de Mariana Cornejo, Rancapino, Juanito Villar y María José Franco, entre otros.
Segundo, que hubiera sido de-seable que los artistas hubieran realizado un mayor esfuerzo por recordar el patrimonio cantaor legado por El Mellizo, que sólo vino en forma de siguiriya y ma-lagueñas, a cuentagotas, mientras que la soleá mellicera prácticamente no estuvo, ni se recordaron en ningún momento los tangos de Cádiz, ni los tientos, que se tienen por creación de Enrique Jiménez Fernández. Por último, nada pintaba el pequeño homenaje, en forma de distinción, al maestro Fosforito y a Gonzalo Rojo, presidente de la Fundación Española de Flamenco.
Si se organiza un homenaje al Mellizo es la suya la única figura a la que se debe prestar la debida atención, en todo caso se puede tener un detalle con algún fa-miliar del mito y sumar esas personas al homenaje, pero nunca protagonizar uno dentro de otro. Otra cosa es, que con inteligencia, se haya realizado quizás para reforzar el proyecto, en 2007, de la celebración del Congreso Internacional de Arte Flamenco en Cádiz, a lo que Gonzalo Rojo y el Delegado de Cultura del Ayuntamiento, Antonio Castillo, se comprometieron públicamente.
El acto estuvo presentado por el compañero de RNE, Rodrigo Mateos, quien fue dando paso a los actuantes, todos de forma desinteresada.
El Junco, con su cuadro, abrió escena con su baile por alegrías, para dar paso al grupo Aires de mi Barrio. Intervinieron Momi de Cádiz por alegrías; Antonio Reyes por siguiriyas; Paco del Solano por malagueñas, muy en la versión aureliana y Chiquito de Cádiz con fandangos caracoleros. Estuvieron acompañados por Andrés Martínez, Antonio Higuero, Ricardo Rivera y Niño la Leo. La consecución vino de la mano de Duende Flamenco que regaló unas gaditanísimas bulerías de Joaquín Alegría, evocando a Manolo Vargas y Pericón; Selu de Cádiz por alegrías; José Anillo con bulerías por soleá y Carmen de la Jara, quien puso el empeño en recordar, por siguiriyas, tanto al Viejo de la Isla como al propio Mellizo. Las guitarras fueron de Ricardo Rivera, Niño Carrión, Pepe Herrera y Juanito Alba; la percusión de Catumba.
Por su parte, Jondura y Sentimiento reunió a Pepi de Ignacio, que interpretó caracoles; Nani de Cádiz por soleá, con algún recuerdo al homenajeado, Alcalá y Paquirri; Miguel Rosendo por siguiriyas (en las que cerró por el Mellizo); Encarna Anillo, por alegrías y Felipe Scapachini, por malagueñas. Las guitarras fueron de Adriano Lozado, Paco de Cádiz y Niño la Leo.
Con estos protagonistas sobre las tablas, se realizó la distinción mencionada a Fosforito y a Gonzalo Rojo, para dar un breve receso al personal.
La segunda parte se inició con el baile de Lidia Diánez y su grupo, por alegrías, para fundirse todos los actuantes en un divertido fin de fiesta.