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La Calzada se convirtió ayer en un concurrido paseo de mujeres vestidas de gitana.
Sanlúcar

Entre langostinos y manzanilla

La proliferación de comidas de empresa y reuniones familiares marcan el primer día de una concurrida y calurosa jornada de Feria

TEXTO Y FOTOS: PAULA ALÁEZ / SANLÚCAR
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La Calzada ya está vestida de feria. Tras una primera noche de algarabía y diversión que duró hasta altas horas de la madrugada, los sanluqueños no dudaron ayer en ponerse sus mejores galas para regresar al recinto ferial.

Ni el calor sofocante ni el cansancio del día anterior apagaron los ánimos de un notable número de personas que se desplazaron hasta el Real para disfrutar de la jornada de convivencia por excelencia de la Feria de la Manzanilla. Y es que ayer, como marca la tradición de los miércoles de Feria, La Calzada se convirtió en un auténtico recital de comidas de empresa y almuerzos familiares. Suculentas degustaciones gastronómicas donde los productos de la tierra son los protagonistas de un momento de éxtasis culinario y conversación.

Casi todas las casetas pertenecientes a los distintos grupos políticos y sociales de la localidad, organizaron sus propios festines que fueron aderezados, como no, por numerosas copas del caldo sanluqueño que da nombre a la Feria.

Una manzanilla que compartió protagonismo con otro de los alimentos más típicos de Sanlúcar: el langostino. Un marisco que ayer tampoco faltó en ninguna de las numerosas mesas dispuestas para la ocasión.

Después de los copiosos almuerzos, algunos comensales se arrancaban por sevillanas mientras otros preferían pasear por La Calzada. El recinto ferial se tiñó de colores con estas idas y venidas de personas entre las que destacaban las sanluqueñas, hermosamente ataviadas con sus trajes de flamenca.

Sinfonía de volantes

Y es que en Sanlúcar la Feria se vive de día y no hay mujer de la localidad que no presuma de colocarse su traje de faralaes para lucirlo bajo un sol resplandeciente.

Y más aún cuando el abanico de posibilidades es tan sumamente amplio. Desde vestidos sin mangas, a faldas y corpiños, pasando por trajes por debajo de la rodilla. Todo está permitido, Los clásicos lunares convivieron ayer con modernos estampados en los cuerpos de las sanluqueñas.

De esta guisa pudo verse ayer por el Real a la alcaldesa, Laura Seco, quien, acompañada por la delegada de la Mujer, Carmen Lobato, paseó alegremente por La Calzada del Ejército.

Con la caída de la tarde, el Real fue vaciándose paulatinamente. Sanluqueños y visitantes se retiraban a sus hogares a descansar y retomar fuerzas para regresar pasadas unas horas. Aún quedaba toda un noche por delante para disfrutar.