El juez cita a declarar al arzobispo de Granada, denunciado por acoso moral y coacciones a un sacerdote
Francisco Javier Martínez debe responder el 5 de junio a la querella del canónigo, que tiene su origen en la paralización de un libro sobre la catedral
Actualizado:El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Granada ha citado a declarar al arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, el próximo 5 de junio después de admitir a trámite la querella interpuesta en su contra por un sacerdote, F. J. M. M., por los presuntos delitos de injurias y calumnias, coacciones, lesiones y contra la integridad moral.
Esta es la segunda citación del prelado, después de suspender la anterior, fijada para el 26 de abril, tras recurrir el Arzobispado el auto de admisión a trámite de la querella que, en su opinión, debía ser notificada a la Santa Sede por vía diplomática en virtud del Acuerdo de 28 de julio de 1976 suscrito entre la Iglesia y el Estado.
El juez, que pidió a la partes que se pronunciaran al respecto, resolvió en un auto que la notificación que había realizado al Nuncio -embajador en España de la Santa Sede- era «válida y eficaz», por lo que acordó seguir la instrucción del causa y citar al querellado para que declare.
Acto de conciliación
La querella fue presentada por el sacerdote F. J. M. M. después de que el pasado mes de febrero tuviera lugar un acto de conciliación que concluyó sin avenencia.
Los orígenes de la polémica están en la redacción de un libro sobre la Catedral de Granada que fue encargado por el anterior arzobispo, Antonio Cañizares y paralizado por el actual. Un grupo de 35 profesores universitarios y catedráticos arremetió contra monseñor Francisco Javier Martínez por paralizar la obra. Los autores, entre los que se encontraba el canónigo demandante, denunciaron en su día que el arzobispo prelado no podía actuar de esa forma y acusaron al prelado de presionarles.
El Arzobispado, por su parte, reconoció que la Iglesia de Granada encargó a dos coordinadores distintos dos libros sobre la catedral de Granada, uno de carácter histórico y artístico, y otro de contenido teológico y pastoral. Según la versión de la máxima jerarquía eclesiástica granadina, uno de los libros llegó a la imprenta sin mayores problemas. El otro, en cambio, no, algo de lo que el Arzobispado culpó al coordinador de este segundo libro.
Tras este enfrentamiento, el arzobispo inhabilitó a su homónimo para ejercer sus funciones sacerdotales, le destituyó como canónigo, le retiró de su cátedra de la Facultad de Teología y le relevó por decreto de su puesto de archivero en la catedral de Granada, datos en los que el clérigo basó su querella, convirtiéndose Martínez en el primer prelado de España denunciado por estos motivos.