«Impotentes y desatendidos»

Francisca Reina y José Vázquez llevan más de once años luchando contra la enfermedad de la menor de sus cinco hijos, Sonia, discapacitada como consecuencia de un tumor maligno en el cerebelo que le fue diagnosticado a los 11 años. Ahora tiene 22 y el cáncer se le ha reproducido en el tálamo, una zona del cerebro a la que no llega bisturí y donde sólo es posible acceder por medio de la radiocirugía, un tratamiento que no se ofrece en ninguno de los hospitales de la provincia.

Por eso fue derivada al Hospital Virgen de las Nieves de Granada, donde desde el 2 de mayo recibe sesiones diarias de radiocirugía además de quimioterapia. Cada lunes Sonia viaja desde Cádiz con sus padres en una ambulancia que les facilita el Hospital Puerta del Mar y utiliza el mismo transporte para regresar a casa los viernes.

Larga espera

Sin embargo, según ha denunciado la familia, el último viernes la ambulancia no llegó a Granada, por razones que aún desconocen, y eso les obligó a esperar durante horas a las puertas del centro hospitalario sin saber cómo podrían volver a Cádiz. Finalmente, y ante la falta de respuesta del SAS, decidieron viajar por sus propios medios. Una ambulancia que partía hacia Chipiona con un enfermo se ofreció a llevar a Sonia y a Francisca. Y José acompañó a una familia de Conil que salía en ese momento del Virgen de las Nieves.

«Nos vimos impotentes y desatendidos», asegura el padre de la paciente. Y continúa: «Vivimos una experiencia bastante ingrata al vernos abandonados en Granada con mi hija minusválida a la que se le acababa de dar un tratamiento que deja muchos efectos secundarios, como cansancio y fatiga».

Piden explicaciones

Por eso en cuanto llegó a Cádiz presentó una reclamación en el SAS para pedir explicaciones a la administración sanitaria y exigir que casos como el suyo no vuelvan a producirse. «Todavía no hay nada resuelto -señaló José-, desde Granada me han asegurado que este viernes no habrá problemas, pero el transporte debe ponerlo el hospital que nos manda», es decir, el Puerta del Mar.

Desde que comenzó el tratamiento de Sonia, sus padres, ya jubilados, la acompañan cada semana y se hospedan con ella en un hotel de Granada que ellos mismos tienen que costearse. Por eso no entienden que falle el transporte en ambulancia, la única prestación que el SAS les facilita. Aseguran además que los vehículos en los que han viajado en las últimas semanas estaban «sucios y no tenían aire acondicionado».

Fuentes del SAS en Cádiz informaron ayer de que el Puerta del Mar se ha interesado por el caso para que no vuelva a suceder y, después de pedir disculpas a la familia, resaltaron que se trata de una circunstancia «puntual».

Sonia está en la mitad de su tratamiento. Aún le quedan otras 12 sesiones en el Virgen de las Nieves. Pero después deberá seguir con la quimioterapia en el Puerta del Mar. Según explica su hermano Francisco, el suyo es un tumor «muy agresivo», pero los médicos confían en que desaparezca con la terapia, ya que no hay posibilidad de recurrir a la cirugía. «Además, la esperanza es lo último que se pierde», subraya Francisco.