El Instituto de Toxicología descarta las dos armas halladas en el crimen de Medina
Las diligencias siguen abiertas tras un año de la muerte de Manuel Bolaños
Actualizado:El 7 de mayo de 2005, en el centro de salud de Medina Sidonia, un joven de la localidad fallecía a consecuencia de las importantes hemorragias que presentaba. Un amigo había trasladado a Manuel Jesús Bolaños después de que éste recibiera una paliza a manos de cuatro chicos de la vecina Alcalá de los Gazules. La víctima no pudo soportar los fuertes golpes con palos de billar que le propinaron en la cabeza y una puñalada mortal en el abdomen que le alcanzó el corazón.
Un año ha transcurrido de estos trágicos acontecimientos y pese a que los cuatro supuestos agresores fueron detenidos la noche en que murió Manuel Jesús, a día de hoy están en libertad y las diligencias que instruye la jueza del nº1 de Chiclana continúan abiertas a falta del informe final de la autopsia, cuya redacción se ha eternizado y ha provocado el enfado de la autoridad judicial, según el letrado de la acusación particular. Una de las causas de ese retraso en la entrega del citado documento se debe a las dudas suscitadas en torno al arma del homicidio. La Guardia Civil halló hasta dos navajas que podrían ser las que causaron la puñalada mortal que acabó con la vida de Manuel Jesús. La primera fue entregada por uno de los cuatro implicados; y la segunda apareció en el Prado de la Feria, en Medina, donde un testigo aseguró en su día que vio como Manuel P. R., alias El Pérez y principal implicado en el proceso, la arrojaba desde el coche en el que huía tras agredir a la víctima.
Una complicación
Pero el Instituto Nacional de Toxicología ha complicado con sus conclusiones aún más un caso que a todas luces parecía de fácil resolución, ya que Manuel P. R. había confesado ante la jueza ser la persona que apuñaló al joven asidonense y los otros tres amigos testificaron que le oyeron reconocer los hechos cuando viajaban de regreso a Alcalá.
Los análisis practicados a las dos navajas descartan que fueran las que provocaron la herida en el abdomen a la víctima. Es decir, el crimen de Medina se queda sin una de sus principales pruebas, según confirmó el letrado Roberto Moreno. «La que entregó uno de los acusados es desestimada completamente porque el ancho de su hoja es demasiado grande; mientras que la otra, el Instituto de Toxicología ve poca probabilidades que sea la utilizada esa noche porque presenta unas características que no se corresponden con la del crimen».
Pese a este importante contratiempo, el abogado de la familia Bolaños piensa que su línea de argumentación en el futuro juicio no se verá gravemente perjudicada. «Me da un poco igual cómo lo quiso matar; lo cierto es que reconoció los hechos y sus compañeros sostienen que les confesó que lo había apuñalado. Ésa es la gran prueba que tenemos».
Pese al optimismo del abogado Roberto Moreno, las dudas sobre el arma del crimen fueron las que motivaron la puesta en libertad de los cuatro sospechosos por parte de la jueza instructora y con el informe favorable de la fiscal. Pese a que el Instituto de Toxicología ha descartado las dos navajas, en ellas hay restos de ADN de la víctima.
Tres de los detenidos, sobre los que había indicios de su participación en la pelea, salieron a la calle, tras el pago de 18.000 euros de fianza, al no tener antecedentes penales y ser sospechosos de un delito de lesiones. En cambio, Manuel P. R. permaneció en la cárcel por ser el presunto homicida. Cuando se generaron las primeras incógnitas sobre el arma del crimen, el abogado de El Pérez lo utilizó a favor de su cliente y exigió que se le aplicara el mismo tratamiento que a sus otros tres amigos, de ahí que fuera puesto en libertad también previo depósito de la fianza.
Tanto la acusación particular como la popular, que representa al Ayuntamiento de Medina, han recurrido ese auto. Incluso han llegado a la Audiencia Provincial, que también ha denegado la petición.