José Piñar apuesta de nuevo por la 'pintura-pintura' en la serie que expone en Milagros Delicado

En un periodo en el que todas las manifestaciones artísticas están en entredicho ante el dominio absoluto de la era digital, aunar tradición con modernidad se hace ahora más necesario que nunca. Durante mucho tiempo, la obra de José Piñar se ha basado en «la investigación digital, haciendo transformaciones geométricas, de colorido y desplazamientos» que obligaban al artista a regirse por las reglas tecnológicas.

Con la mezcla de los colores cián, magenta, amarillo y negro -denominado CMYK en el lenguaje digital- bien aprendido desde la pantalla de su ordenador, este artista granadino ha decidido «olvidarse» de la máquina, hacer sus propios cálculos mentales y combinaciones cromáticas e «improvisar» en su última serie de obras.

Así, hasta el próximo 20 de junio, José Piñar expone sus Paisajes CMYK en la Galería Milagros Delicado, una pintura «más lúdica» con la que, como el propio artista explica, «he logrado desinhibirme y romper mis propias estructuras para hacer algo más divertido».

Esta serie que ahora presenta, dominada por el uso de esta triada de colores -Piñar ha desterrado el negro de sus obras- y con las formas relegadas a un segundo plano, supone una prueba más de la apuesta del artista por la pintura-pintura, tendencia dirigida hacia la abstracción y la revisión de los hallazgos formales de determinadas vanguardias como el constructivismo o el minimalismo ante la reciente apuesta del arte contemporáneo «por añadir otros elementos como el vídeo o las performance».

Nacido en Granada en 1967, la obra de José Piñar está representada en colecciones como la del Centro Reina Sofía, Banco de España, Caja San Fernando, Unión Fenosa y Caja Madrid, entre otras.