Campeones
Actualizado: GuardarDos equipos españoles han conseguido ser campeones de competiciones europeas. El Sevilla de la UEFA y el Barcelona de la Copa de Europa. Estos logros han traído consigo las celebraciones de sus seguidores; en Sevilla sin incidente y multitud de banderas españolas, y en la Ciudad Condal con altercados callejeros y ausencia de la insignia nacional, pero esos aspectos son harina de otro costal.
Los actos organizados por los sevillista para celebrar la obtención de este título europeo comenzaban, ofreciendo su trofeo a la Patrona de la ciudad y ha habido quien no ha perdido la oportunidad para mofarse de este acto de cortesía institucional de la entidad hispalense, asegurando que el equipo de esta forma agradecía a la Virgen su intercesión en el terreno de juego para que el resultado se decantara por los intereses sevillistas; y se preguntaba que qué hubiera ocurrido si la final la hubiera jugado el Betis y el Sevilla. La cuestión es no perder la oportunidad para descalificar sencillas y enraizadas costumbres de cortesía de un club de fútbol andaluz, que por cierto lleva el nombre de la Ciudad Mariana.
No creo que nadie pueda pensar que entre las preocupaciones de la Virgen esté dirigir hacia una u otra portería un balón. Cuando se ofrece un trofeo a una imagen lo que se pretende es agradecer a Dios que en su infinita bondad les haya permitido ese alegría y hacer partícipe de su celebración a los representantes institucionales de la ciudad, de la región o del país y se le hace presente el objetivo obtenido, se hace lo propio con la imagen donde se concentra la devoción de la ciudad a la que se representa. Un gesto muy ligado a los sentimientos religiosos que, se quiera o no, forma parte del sustrato social en el que se desarrolla todos los acontecimientos de nuestra vida.