Detección de la picaresca
Actualizado:Discernir entre la picaresca y la queja fundamentada es la principal labor del gabinete jurídico del Ayuntamiento de Jerez, que se ha llegado a enfrentar a casos auténticamente rocambolescos. «Como es gratis, yo reclamo», es la filosofía de muchos demandantes, que después no se atreven a continuar por el contencioso. «Una madre llegó a reclamar seis euros porque a su hijo se le había roto el pantalón del chándal al tropezarse por la calle», recuerdan en la Delegación de Hacienda y Patrimonio.
Los funcionarios reconocen la existencia de auténticos profesionales de la picaresca, como el de una mujer que se presentó en la oficina sin casi poder andar y que poco tiempo después fue vista en la Feria bailando sin problemas. Otro caso recordado en las oficinas municipales fue el de una mujer que reclamó una indemnización por encontrarse un escalón en la calle, al considerarlo una barrera arquitectóncia. La demanda fue desestimada porque la reclamante estaba completamente sana y no presentaba ningún tipo de minusvalía.
La meteorología también puede provocar quejas imprevistas. Una de las épocas de más revuelo en la oficina fueron los meses de noviembre y diciembre de 2002, después de que un vendaval azotara Jerez dejando tras de sí un rosario de árboles caídos y coches dañados en la vía pública y causó un repunte de las demandas, que pasaron de 111 a 169 en un año.