
Denunciada en Comisaría la tala de un árbol de más de 200 años
Palos Blancos afirma que el ejemplar se derribó después de que un responsable de la obra «zarandeara» al vecino que le exigió el permiso Diez personas ratifican que «no se tomaron medidas de seguridad»
Actualizado: GuardarLa chapuza nacional. Un vehículo pequeño, con un arnés de andar por casa, derriba un árbol bicentenario en presencia de diez vecinos y sin que el encargado de la obra se digne a mostrarles el correspondiente permiso de Medio Ambiente.
Eso, al menos, es lo que recoge la denuncia interpuesta en Comisaría por la asociación Palos Blancos, que ha decidido «que sean las autoridades oportunas quien les pida explicaciones» a la empresa responsable de la tala de un ejemplar de 200 años que el diseño urbanístico había respetado hasta el momento puntillosamente.
La tragicómica situación se produjo cuando el pasado 18 de mayo, sobre las ocho y media de la tarde, algunos vecinos de la Zona Norte tuvieron conocimiento de que un grupo de obreros estaba «talando» uno de los escasos árboles «viejos» que quedaban en el área, por lo que se dirigieron hasta el número 18 de la avenida de El Altillo.
Cuando uno de los portavoces se interesó por si los empleados tienen la autorización pertinente de Urbanismo y Medio Ambiente, el encargado de la constructora se enfrentó a ellos diciéndoles que «yo tengo muchos cojones, y os marcháis de aquí o tendré que usar la fuerza para echaros», tras lo cual «se abalanzó sobre el grupo y zarandeó a Jesús Palomo, presidente del colectivo, además de propinarle una patada a otro de los allí presentes». Tras diversas llamadas de los representantes del colectivo, se personaron en el lugar dos agentes de Medio Ambiente, aunque «la tala se realizó antes de que estos verificasen si la empresa contaba o no con el permiso oportuno». En cualquier caso, Palos Blancos defiende que «toda la operación se hizo sin ningún tipo de medidas de seguridad, sin reservar siquiera un perímetro mínimo y además con el toque final de un coche tirando del árbol en una dirección, pero sin saber si caería o no hacia esa parte».