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PROMESA. Diego Contreras, en la Facultad de Filosofía y Letras. / FRANCIS JIMÉNEZ
DIEGO CONTRERAS ESTUDIANTE DE DOCTORADO EN FILOLOGÍA CLÁSICA

«En mis ratos libres también tengo la tesis en la cabeza»

B. NÚÑEZ/CÁDIZ
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A las ocho de la mañana llega a la Facultad de Filosofía y Letras el investigador Diego Contreras, licenciado en Filología Inglesa, que a sus 23 años desarrolla su futura tesis. Un trabajo que intenta sacar a la luz el corpus poético del renacentista Pedro Mártir de Angleria, «un eslabón fundamental para la literatura universal». Un poeta del que se han hecho pocos estudios los cuales se pueden contar con los dedos de una mano.

Tras cuatro años de carrera y con un futuro incierto se planteó un buen día «sin metas a largo plazo» el empezar los estudios de doctorado: Investigaciones Filológicas. Hoy puede presumir de contar con una beca de investigación de un proyecto de Excelencia de la Junta de Andalucía que ahora le da «1.045 euros al mes durante dos años» para después pasar a ser contratado como ayudante no doctor durante dos años con «un sueldo de 2.000 euros al año».

Sin embargo, no fue el dinero lo que movió a este joven a iniciar estos estudios. La primera razón fue analizar «como filólogo por primera vez un texto para sacarlo a la luz» y la segunda, estar en uno de los departamentos más valorados en la comunidad por ser el primero en la rama humanística en Andalucía.

Su trabajo de investigación lo dirige el director José María Maestre y el codirector Bartolomé Pozuelo, quienes le dicen más de una vez que bibliografía puede consultar, pero la mayoría de las veces «intento resolverlas con mis compañeros de departamento que también están como becarios».

Un trabajo que le lleva casi todo el día al tener que consultar bibliografía y traducir textos en latín sumado a que en sus ratos libres tiene también «la tesis en la cabeza» que le llevará cuatro años a quien tiene como sueño idílico el poder ser el día de mañana profesor en la Universidad, pero que de momento vive «sin cotizar ninguna hora».

Un joven que se ve más de una vez obligado a viajar a Roma o Valladolid para hacer por ejemplo una nota de página que nadie lee de un libro.