Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizActualidad
PREVIA. Antes de entrar en el agua los monitores dan a los alumnos unas nociones teóricas en tierra.
SURF

Rompiendo olas y barreras

La Escuela Municipal de Surf pone en marcha cursos de aprendizaje especialmente dirigidos a personas que sufren algún tipo de minusvalía psíquica

TEXTO: ANDER AZPIROZ / FOTOS: LA VOZ / CÁDIZ
Actualizado:

Gracias a una iniciativa promovida por el personal técnico de la Escuela Municipal de Surf (OffShore) y del colegio Afanas- Cádiz, decenas de chicos y chicas que padecen algún tipo de discapacidad psíquica disfrutan durante estos días del placer del surf. Una actividad que ya se llevó a cabo el pasado mes de septiembre y que, dado el éxito que obtuvo entonces, se ha vuelto a poner en marcha durante los meses de mayo y junio.

Su valor es doblemente beneficioso. En el plano personal supone una experiencia inolvidable para todo aquel que la lleva a cabo, mientras que a nivel colectivo se presenta como una magnífica herramienta a través de la cual facilitar la integración social de este colectivo. Para estos chicos, el surf se suele presentar como un deporte que practican familiares o amigos pero que no se sitúa al alcance de sus posibilidades. Sin embargo, esta visión se ve de sobra superada con esta experiencia pionera en España que demuestra que, al igual que otras aficiones como la vela, el baloncesto o la natación, el surf es un deporte que provisto de las condiciones de atención adecuadas puede ser practicado por toda clase de personas, sin necesidad alguna de que éstas cuenten con unas condiciones especificas.

Clases por grupos

Las clases de surf se desarrollan a través de jornadas intensivas en cada una de las cuales se trabaja con un grupo formado por diez personas como máximo y que, en todo momento, se encuentran atendidas por monitores y personal especializado en el trato con disminuidos.

Alberto Serrano, presidente de la escuela, explica que «una de las prioridades es tratar de tú a tú a los chavales, dándoles confianza y cariño» aunque especifica que «los que más cariño recibimos al final somos nosotros, porque para eso ellos son únicos». De tal forma, la primera tarea consiste en abrir la escuela a los alumnos para que estos adquieran seguridad y pierdan el miedo ante una situación que se les presenta como novedosa. Después llega el momento de repartir el material que se va a necesitar, quizás el episodio más emocionante del día, según Miguel Rey, uno de los responsables de la actividad, quien siempre recuerda «la expresión que se dibuja en las caras de los chicos en el instante que se enfundan su mono de neopreno y levantan su tabla». «Es un momento muy especial para ellos porque se dan cuenta de que pueden hacer lo mismo que el resto de surfistas que han visto por la playa, a partir de aquí comienzan a creer en sus posibilidades», señala. Después de unas ligeras indicaciones teóricas, el pertinente calentamiento y una pequeña charla en la arena llega el momento de la verdad. Los alumnos se introducen en el agua en compañía de cuatro monitores que les van indicando de forma personalizada como deben subirse a la tabla, atacar las olas, realizar giros... Y la experiencia demuestra que los alumnos ponen todo de su parte y disfrutan tanto o más que cualquier otro. Como no podía ser de otra forma, al final de la clase se hace entrega de un diploma acreditativo a los nuevos surferos.

Se trata, en definitiva, de cerca de tres horas de divertimiento e interrelación que cautiva hasta a chicos que tradicionalmente sentían animadversión por la playa. De la huella que deja esta experiencia entre los que la han realizado quedan pocas dudas: «el 99,9 por ciento quiere repetir», asegura Serrano. Se ha dado, incluso, el caso de un joven que quedó tan prendado por el surf que sigue asistiendo regularmente a la escuela donde sus responsables tienen reservados, de forma totalmente desinteresada, un mono y una tabla para que surque las olas.

La intención de la escuela y el colegio fue desde un primer momento la de abrir esta actividad a todos las personas que quisieran vivirla y por eso fueron aceptadas todas las solicitudes que se presentaron para realizarla. De momento los responsables del curso han decidido que en Septiembre se lleve a cabo de nuevo. Sin duda una gran noticia para el deporte pero, sobre todo, para la plena y más que necesaria adaptación de los disminuidos psíquicos a la sociedad.