Prodi confirma que Italia retira sus tropas de Irak porque la guerra fue un «grave error»
En su primer discurso, anuncia una ley para regular el conflicto de intereses de Berlusconi y promete un «esfuerzo ético profundo»
Actualizado: GuardarItalia se va de Irak, y el nuevo primer ministro, Romano Prodi, ha esgrimido esta decisión como la señal más visible del cambio de rumbo político que se dispone a emprender su Gobierno. Al estilo de Zapatero, en su primer discurso público, que tuvo lugar ayer en el Senado, Prodi dedicó al conflicto del país árabe sus palabras más enérgicas. «Propondremos la retirada de los soldados en los tiempos técnicos necesarios, porque no apoyamos la guerra en Irak ni la participación de Italia. Consideramos que la guerra ha sido un grave error porque no ha resuelto los problemas de seguridad, sino que los ha complicado, ha abierto la caja de Pandora», afirmó, mientras desde los escaños de la oposición se oían gritos de escándalo.
Prodi tuvo ayer por fin su día de protagonismo, tras pasar estas semanas eclipsado por los trámites institucionales y sepultado en las espesas reuniones de su coalición. Ha pasado más de un mes desde las elecciones y casi parecía olvidado que él las había ganado, pero ayer trazó durante más de una hora su programa de gobierno ante la Cámara Alta, que hoy le debe dar su voto de confianza. La retirada de Irak es el símbolo del fin de la era de Berlusconi, aunque a decir verdad, ya estaba previsto el regreso de las tropas antes de fin de año. Prodi añadió que la lucha contra el terrorismo internacional debe desarrollarse «sin comprimir lo espacios de libertad ni los derechos». Para terminar, completó este cambio en la política exterior con la declaración de que su objetivo es contribuir a una «Europa fuerte y unida» para consolidar con «mutuo respeto» la alianza con Estados Unidos. Como confirmó luego el vicepresidente y ministro de Asuntos Exteriores, Massimo D'Alema, la nueva línea de Italia mira a Europa, el Mediterráneo y Oriente Medio. La intención es que la misión de Irak pase de ser militar a una pura labor civil de ayuda y reconstrucción.
De puertas para afuera es, sin duda, el síntoma más evidente de que hay un nuevo Ejecutivo en Italia. Sin embargo, Prodi se extendió luego en una larga enumeración de medidas que pretenden transformar el país, aunque en varias ocasiones tuvo la prudencia de repetir que desea crear un ambiente de concordia y reconciliación. Sobre todo, para no dar la razón a Berlusconi cuando dibuja un escenario de crispación civil y asegura que la ajustada victoria de La Unión ha dividido el país. «Algunos cultivan la imagen de una comunidad nacional lacerada, pero no es así, el resultado ha mostrado una diversidad, no una división», precisó Prodi.
Sin embargo, muchas de sus reflexiones tuvieron de fondo un estribillo muy intencionado, que dijo con todas las letras: «Tenemos un país bloqueado, que ha perdido la orientación ética. Es necesario un esfuerzo ético profundo, el respeto de la ética será el punto principal de nuestro Gobierno». Por si queda alguna duda es lo mismo que decir que Berlusconi ha dejado el nivel de la ética por los suelos. Y aquí es donde se inserta toda una serie de medidas que corrigen excesos de Il Cavaliere, empezando por la regulación del conflicto de intereses «en la línea del resto de las democracias». También acabará con el enfrentamiento con la magistratura que ha marcado el Gobierno de centro-derecha, cambiará la ley electoral, modificada in extremis por el magnate para que le beneficiara, y reforzará la lucha contra la evasión fiscal, elogiada en varias ocasiones por Berlusconi. «Hay una crisis ética, los listillos no deben ganar más», concluyó. «Basta pensar en el fútbol», añadió en referencia al último escándalo que sacude a Italia y ha demostrado que hasta el deporte está podrido.
«¿Llama a Moggi!»
El programa de gobierno prevé un recorte de cinco puntos en las retenciones del IRPF, el fin de las grandes obras de infraestructura que eran la carta de presentación de Berlusconi y una gestión económica sin «milagros de ingeniería financiera» y basada en la austeridad. Hasta se meterá mano al ostentoso reparto de coches oficiales, todo un símbolo del poder en Italia. El nuevo primer ministro también adelantó que estudia una amnistía para aliviar la saturación de las cárceles y una nueva ley de inmigración, en sustitución de la polémica normativa de Bossi y Fini, que definió como «demagógica e ineficaz». Para terminar, Prodi resumió: «¿Queremos una Italia que vuelva a ganar». «¿Llama a Moggi!», fue la réplica jocosa de la oposición, citando al ex-director de la Juventus, investigado en el escándalo del Calcio por amañar los partidos.