El Barcelona ofrece a toda su afición el título europeo conseguido en París
El equipo disfrutó de una macrofiesta que se desarrolló por la ciudad Más de un millón de personas quiso celebrar el título con sus héroes
Actualizado:Cientos de miles de personas, entre millón y millón y medio, según los organizadores, salieron ayer jueves a las calles de Barcelona para celebrar a lo grande la victoria de la Copa de Europa del Barça frente al Arsenal en París. Los gritos de «Visca el Barça!» y «Campeones, campeones!», los petardos, la música y las banderas, los cánticos alusivos a la sufrida victoria del equipo culé conformaron un ambiente de euforia popular que nada ni nadie pudieron contener. Gran parte de la ciudad se paralizó para saludar al campeón, en la calle o desde los balcones de las casas, y algunos aficionados se subieron a lo alto de los kioscos, los coches o las tapias para festejar la victoria. Los jugadores del Barcelona llegaron de París al aeropuerto de El Prat pocos minutos después de las 16.00 horas. El avión, un jumbo de dos pisos y con capacidad para 580 pasajeros, trasladó desde la capital francesa a la expedición azulgrana, a numerosos periodistas y aficionados, en un viaje donde no faltaron la alegría y el buen humor.
Aterrizaje triunfal
Cuando la expedición del Barça aterrizó en el aeropuerto de El Prat ya fue recibida por varios centenares de aficionados. Los primeros en bajar por la escalera del avión con la copa de la 'Champions' fueron el presidente del club, Joan Laporta; el capitán, Puyol; el entrenador, Frank Rijkaard, y el secretario técnico, Txiki Begiristain. Fue a partir de las 17.30 horas, una vez llegados a Barcelona, cuando los jugadores iniciaron un desfile en una caravana festiva por las calles de la Ciudad Condal a bordo de un camión de dos pisos de 18 metros de largo, 4,5 metros de anchura y 6,5 metros de altura, decorado con los colores del club y habilitado para acoger a los futbolistas y el equipo técnico. El vehículo que amenizó esta nueva 'rúa' estaba equipado con diferentes aparatos de última tecnología y disponía de un sistema de sonido de alta calidad.
El vehículo con los jugadores del Barça salió de las Drassanes, en el Puerto de Barcelona, alrededor de las 17.30 horas, y enfiló después la avenida del Paralelo, para dirigirse a la Ronda de Sant Pau. A continuación, recorrió en medio de incontables muestras de cariño y apoyo popular la calle de Urgell, la Gran Vía de las Cortes Catalanas, el Paseo de Gracia, la calle de Aragón, la avenida de Sarriá y la Travesera de les Corts, hasta llegar al emblemático estadio del Camp Nou, alrededor de las 22.00 horas. Las puertas del estadio barcelonés ya estaban abiertas desde las siete de la tarde, cuando comenzaba una macro-fiesta que reunía a decenas de miles de asistentes y contó con las actuaciones musicales de diez grupos catalanes: Macedònia, Frenètic, Cris Juanico, Rauxa, The Tropicals, Sabor de Gràcia, Ara Mateix, Elèctrica Dharma, Gossos y Lax'n' Busto.
Más juerga...
Después siguió la juerga... El club organizó una ceremonia especial con una serie de actos memorables y simbólicos que comenzaban entrada la noche. La Orquesta de la Academia del Gran Teatro del Liceo, formada por 60 músicos y dirigida por el maestro Guerassim Voronkov, versionaba para esta ocasión inolvidable el tema Viatge a Ítaca, del cantautor Lluís Llach, seguido del himno del Barça. Según los organizadores, Viatge a Itaca, interpretada por la cantante Beth, quería «simbolizar el camino que recorre el Barça para conseguir sus objetivos». A continuación, la cantante cubana afincanda en Cataluña Lucrecia interpretaba el himno del Barça para emocionar a los asistentes. Posteriormente, un espectáculo audiovisual que se podía ver a través de cuatro pantallas de aire de gran formato que se habían inflado durante la actuación de Comediants. Las pantallas proyectaban, en medio de miles de aplausos y gritos de alegría, un vídeo de Barça TV sobre el triunfo del equipo culé en París. Después, los jugadores y el equipo técnico saldrían al terreno de juego para dar una vuelta de honor con la Copa de Europa y ofrecerla a los socios y aficionados culés. Se dirigían al público para trasmitir sus emociones y compartir la euforia colectiva. El acto del Camp Nou finalizaba con música y fuegos pirotécnicos. La noche mágica acababa en Barcelona, pero, a falta de lluvias, la alegría por la victoria culé inundará Cataluña durante varios días más, o quizá semanas.