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Un policía civil revisa los documentos de un conductor en la zona oriental de la ciudad brasileña de Sao Paulo. / EFE
BRASIL

Asciende a 152 el número oficial de muertos por la violencia en Sao Paulo

Durante la semana se han detenido a 124 delincuentes y se han confiscado 146 armas de diverso tipo

EFE | SAO PAULO
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La ofensiva lanzada hace seis días por la mafia de presos Primer Comando de la Capital (PCC) en el estado brasileño de Sao Paulo y la respuesta policial han dejado 152 muertos y 54 heridos, según un informe oficial divulgado hoy.

De los 152 muertos, 41 eran agentes del orden, cuatro civiles y 107 presuntos delincuentes, según la Secretaría de Seguridad Pública de Sao Paulo. La ofensiva comenzó el viernes por la noche como represalia por el traslado a prisiones de máxima seguridad de 765 reclusos, entre ellos los líderes del PCC.

El informe no incluye a los diez presos que murieron en los motines que el PCC provocó durante el pasado fin de semana en decenas de cárceles paulistas, cuya relación corresponde a la Secretaría de Administración Penitenciaria.

Pánico en Brasil

Los atentados, que han tenido como principales objetivos comisarías, patrullas de la policía, autobuses y bancos, han provocado pánico en Sao Paulo, el estado más rico y populoso del país. El balance oficial destaca que hasta hoy han sido incendiados 82 autobuses, atacadas 56 comisarías y 17 bancos, entre otros objetivos civiles.

La respuesta policial ha dado como resultado, además de los 107 presuntos delincuentes muertos, la detención de 124 y la confiscación de 146 armas de diverso tipo y calibre. Pese a que la ola de violencia ha remitido en los dos últimos días y a que las autoridades aseguran que la situación está bajo control, esta madrugada todavía se registraron incidentes que dejaron varios muertos y autobuses quemados.

Defensores de derechos humanos han acusado a la Policía Militar de lanzarse a la calle en busca de venganza por los compañeros caídos, lo que ha costado la vida a civiles ajenos a la guerra urbana, acusación que ha sido rechazada por los jefes policiales.