Reconocer errores
Actualizado: GuardarLa visita el martes de los 3.300 pasajeros del Voyager of the Seas, el crucero más grane de la historia de la ciudad, destapó graves deficiencias en la infraestructura de servicios turísticos de Cádiz como escala de grandes cruceros. Falta de información, falta de servicios y, sobre todo, falta de previsión para organizar un recibimiento acorde con una ciudad que aspira a convertirse en un destino turístico y cultural de primer nivel.
La primera reacción, tanto del Ayuntamiento de Cádiz como de algún colectivo profesional, caso de Horeca, ha sido negar la evidencia, eludir su responsabilidad y defender que una carpa de información basta para atender a los cruceristas.
Ante este panorama, la ciudad requiere que todas las instituciones y colectivos implicados en el sector turístico asuman sus errores y carencias e impulsen un análisis sereno y responsable que permita diseñar un modelo de ciudad turística hasta ahora inexistente. Y debe ser el Ayuntamiento de Cádiz, responsable de la oferta turística de la capital, el que lidere este cambio de rumbo.
Los niños se tapan los ojos con sus manos y creen que así nadie les ve; el Ayuntamiento no puede esconder su cabeza y creer que de esta forma los problemas pasan de largo.
Cádiz necesita imaginación, iniciativa, calidad, coordinación institucional y, especialmente, el convencimiento de que el turismo es una industria que requiere dedicación, mimo y constancia. Cada visitante debe abandonar Cádiz cautivado y con la sensación de que algún día ha de volver.
Ése es el éxito. El Ayuntamiento de Cádiz tiene la responsabilidad institucional de reconocer sus problemas y de poner los medios para solucionarlos. Ése es el valor de un Gobierno comprometido con su ciudad y que no se enroca cada vez que se critica su gestión.