Instituciones y personas
Actualizado: GuardarEstá claro que las cosas en el mundo no están bien en muchos campos importantes. Ahora, en concreto, me quiero referir al tema de la convivencia entre las personas.
La organización de la sociedad a lo largo de toda la Historia humana ha exigido la realización de determinadas actuaciones por unas personas, y su ordenación y planificación (por supuesto, dentro de unos límites) por otras. Todos somos igualmente personas, todos debemos buscar el bien común, pero cada uno tiene sus legítimos intereses: hay pues que intentar negociar, y reconocer la parte de verdad que hay en los demás, aunque no estemos completamente de acuerdo con ella, o no nos interese. Incluso, es posible que sea completamente cierto lo que nos estén exponiendo, pero inviable en la práctica actual en nuestro propio caso, o incluso imposible de asumir personalmente.
El mundo en el que me muevo es el de la Sanidad. Trabajo como Facultativo Especialista de Area en el Hospital Universitario de Puerto Real. El Director Gerente de este Hospital es Andrés Rabadán. Desde hace algunos meses se han sacado a la luz pública gracias a los medios de comunicación diferentes problemas existentes en nuestro Hospital. No voy a entrar en la parte de verdad que cada uno de los interlocutores pueda tener. Pero una cosa está clara: todos y cada uno de los trabajadores del Hospital somos personas, iguales en dignidad. Yo no soy más digno que un celador ni que el Gerente. Pero Andrés Rabadán tampoco es menos digno como persona que yo o que el último celador.
En las cuestiones temporales y en la toma de decisiones empresariales, políticas y familiares no existen fórmulas completamente seguras y sin ningún punto de error o de equivocación. Cada vez que las tomamos, asumimos una incertidumbre y un riesgo, por el que efectivamente debemos responder. Pero esa es una cuestión, y otra distinta es que llevemos la argumentación a motivos o situaciones personales, descalificando con insultos al que no piensa como nosotros, y convirtiéndolo en chivo expiatorio de todos los males. Esto no es serio ni verdadero.
Estoy cansado de esta situación en mi Hospital. Creo que hay que dar la cara, y que la operación de acoso y derribo contra Andrés debe terminar. Si no estamos de acuerdo en algún tema, negociemos hasta donde se pueda, y luego que cada uno haga lo que considere. Gracias a Dios, existen mecanismos diferentes y múltiples de respuesta, a muchos niveles. Pero no descalifiquemos al que no piensa como nosotros.
Pienso que Andrés no se merece el trato que se le está dando en el Hospital y transmitiendo a la opinión pública, y que debe ser respetado como Gerente, y especialmente como persona con sentimientos y sufrimientos, con convicciones y con ideas de hacer las cosas lo mejor posible o lo menos mal posible, aunque se equivoque o aunque podamos no estar de acuerdo en algunos o muchos puntos. Como decía Sócrates «es preferible sufrir la injusticia a cometerla»
Andrés: vaya desde aquí mi aprecio como amigo y compañero en estos momentos difíciles, y ojalá que esta carta te ayude a sentirte como lo que eres, persona, y no sólo Gerente, en el difícil entramado de la Sanidad actual.
Isidoro Cobo Moreno. Cádiz