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La Eurocámara asegura que la CIA ha admitido que realizó vuelos y traslados ilegales

El jefe de la comisión investigadora dice que «entre 30 y 50 personas» acabaron en países donde se tortura

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Los vuelos secretos de la CIA habrían transportado por el continente europeo hasta a medio centenar de personas camino de terceros países donde se practica la tortura, como parte de las operaciones emprendidas tras los atentados del 11-S, según afirmó ayer en Bruselas el ponente de la comisión especial del Parlamento Europeo que investiga los hechos, el socialista Giovanni Claudio Fava.

El eurodiputado convocó a los medios informativos para dar cuenta de los resultados de una misión parlamentaria efectuada a Estados Unidos para recabar evidencias sobre estas actividades ilegales.

Según sus afirmaciones, personas de la CIA (que no identificó en su rueda de prensa) habrían asegurado a la misión de la Cámara europea que «entre 30 y 50 personas» fueron transferidas hacia terceros países donde podrían haber sido torturados, a bordo de vuelos de la agencia estadounidense, tras los atentados cometidos por Al-Qaida en el mes de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington. Fava no pudo precisar quiénes de esas personas eran europeas, ni si fueron secuestradas en territorio de la UE.

Citando «fuentes bien informadas dentro del servicio americano de información», el eurodiputado dijo haber confirmado que EE UU creó prisiones especiales para supuestos terroristas «en Europa, Asia y África», y que, según organizaciones no gubernamentales, «la cárcel africana se mantendría en actividad actualmente».

El presidente de la comisión parlamentaria, Claudio Coehlo (PPE), aseguró por su parte que, en Estados Unidos, la misión parlamentaria tuvo confirmación de que las actividades de la CIA en Europa sólo pudieron llevarse a cabo con conocimiento de los poderes públicos. «El programa de traslado de pasajeros no habría sido posible sin la cooperación de los servicios de información y de los gobiernos de los países europeos», dijo.

Por otra parte, Martin Scheinin, un ponente especial de Naciones Unidas sobre derechos humanos en la lucha contraterrorista, aseguró ayer en Bruselas que los investigadores europeos que buscan información sobre las actividades secretas de la CIA tras el 11-S «están estrellándose contra un muro», y que «pasarán décadas antes de que se conozca toda la verdad».

Scheinin estima que los europeos «no han conseguido evidencias» de que el transporte ilegal de personas tuvo lugar, o de que la agencia puso en marcha prisiones secretas en el Viejo Continente.