De reuniones nocturnas y citas aplazadas sin previo aviso
Actualizado: GuardarEsto no es serio. Se mire como se mire. Por más vueltas que se le dé, hay cosas en este club, en este Cádiz, que no tienen ni pies ni cabeza. Resulta que toda la afición está en vilo esperando que le cuenten el final de un cese anunciado y no hay manera.
El martes se reúne Antonio Muñoz con los miembros de su Consejo de Administración para decidir el futuro de Víctor Espárrago. Entre otras muchas cosas, eso sí, pero con este tema como eje central de la reunión. Allí estaban Rodríguez Murillo, Martín José García, Martín García Marichal, Manuel Díez, Pepe Mata, Antonio Muñoz Tapia, Federico González, Paco Puig y Enrique Huguet. Todos alrededor de la mesa, con sus folios por delante. Sólo faltaron Miguel Cuesta, Ramón Dávila y Michael Robinson. Y tras cerca de cinco horas de reunión toman una decisión, supeditada eso sí, a una reunión con el técnico.
Otra más. La cual debía tener lugar hoy. Todo Cádiz esperando. Todos pendientes, los teléfonos de los medios de comunicación echando humo. Y resulta que todos sabían de la existencia de esa cita menos el interesado. Víctor Espárrago se marchó a Sevilla por un asunto personal el cual nadie sabe de qué se trata. Ni falta que hace, porque son sus cosas. Pero muy importante tenía que ser para dejar plantada a toda una ciudad. Esperemos que no sea nada grave, pero a falta de una explicación, cualquiera podría pensar que se trata, como mínimo, de una falta de respeto hacia el presidente del Cádiz, los integrantes de la comisión deportiva, los medios de comunicación y la afición cadista en general. Eso o una grave descoordinación en el club. Pero no hay mal que por bien no venga. Ahora la comisión deportiva tiene más tiempo para pensar qué le van a decir y cómo se lo van a decir a Espárrago. Y por eso anoche volvieron a reunirse con carácter de urgencia, Alberto Benito incluido, en el restaurante Arana del paseo marítimo. Allí estuvieron departiendo largo y tendido tras ver cómo el Barça se convertía en campeón de Europa por segunda vez tras su sufrido triunfo por dos a uno sobre el Arsenal.
En fin, lo importante es que al final la decisión que se adopte sea la adecuada. Insisto en que la decisión ya está tomada. Lo que ocurre es que como decía ayer Manolo Camacho en estas mismas páginas, a día de hoy lo único que se está haciendo es perder un tiempo precioso. Hace ya diez días que el Cádiz sabe que la temporada que viene estará en Segunda, y este tema ya debería estar más que solventado. Lotina logró la permanencia con el Espanyol y a los cinco minutos dijo que se iba. Pires jugó anoche la final de la Liga de Campeones habiéndose anunciado ya que el año próximo jugará en el Villarreal. Y por eso ninguno de los dos lo va a hacer mejor ni peor el año que viene. Sin embargo, en el Cádiz, como siempre, sigue mandando el secretismo. Todo es un enigma, una intriga tal que empieza a aburrir y sobre todo, a mosquear a todo el entorno.