PAN Y CIRCO

Carnaval en mayo (1 parte)

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Los cien mil nietos de Muñoz». Memorable artículo el firmado por José Landi el pasado domingo, en el que comparaba los constantes paralelismos entre lo deportivo y lo cotidiano, entre el cadista y el gaditano. Si dispone de internet, no dude en pinchar la página web de La Voz de Cádiz y localizar tal texto en el apartado destinado a opinión. Gestado sin duda antes de la fiesta del descenso, describía el cualificado columnista la cruda realidad de una gran parte de la afición del Cádiz, la afición de charanga y pandereta que diría Machado, obsesionada por «aplaudir derrotas para quedar como los más fieles» y con ganar cada domingo el campeonato de la simpatía, pero pasiva al cien por cien, al igual que el presidente, a la hora de reflexionar sobre los errores cometidos en los últimos nueve meses, aunque sólo fuera para no volver a cometerlos.

Una cosa es apoyar a tus jugadores hasta el final y otra bien distinta es la reacción de esa joven afición ante lo que no tiene otra definición que el fracaso. Mientras analicemos poco y actuemos menos, prensa incluida, no puede esperarse de nuestros dirigentes (en lo deportivo y en lo político) actitudes distintas de las escenificadas en la rueda de prensa de la pasada semana, esto es, «lo único que hemos hecho mal es no saber transmitir lo bien que lo hemos hecho». ¿Viva la modestia! La vergüenza de confesar el primer error hace cometer otros muchos, y no lleva más razón quien más habla o quien más chilla, pero algunos no parecen sentirse aludidos por el hecho de que el pasado sábado faltaran siete u ocho mil aficionados, amén de los que prestaron el carnet, especialmente en las zonas donde más socios nuevos se habían inscrito en la pretemporada, esto es, preferencia y fondo norte. O lo que es lo mismo, que por mucho que lo borden Manolo Santander y el Yuyu en el habitual anuncio para la captación de socios, nos hemos vuelto a divorciar de la provincia, quien volverá a ocupar su silla en el bar del pueblo para ver a su Madrid y a su Barcelona.