
El Congreso rechaza el referéndum sobre el 'Estatut' que reclama Rajoy
Todos los grupos consideran la consulta popular ilegal y perniciosa para la convivencia y los nacionalistas rebajan el debate con portavoces suplentes
Actualizado: GuardarLos cuatro millones de firmas recogidas por el PP en los últimos meses a cuenta del Estatuto de Cataluña no han servido de nada a efectos parlamentarios. En apenas 50 minutos, el Congreso de los Diputados rechazó la posibilidad de convocar un referéndum sobre la reforma de esa carta autonómica. Ningún grupo respaldó la iniciativa por considerarla ilegal y perniciosa para la convivencia. Mariano Rajoy -que tomó la iniciativa de defender la proposición no de ley de su grupo, en una iniciativa inédita en un líder de la oposición-, dejó claro que no desiste de su empeño en celebrar la consulta popular, que será un compromiso de su programa electoral en 2008.
El presidente del PP reclamó que los españoles «puedan decir si desean o no conservar su nación, su soberanía y su unidad en las mismas condiciones en que estaban cuando Zapatero accedió al poder». Para obtener ese pronunciamiento, el grupo popular propuso a la Cámara instar al Gobierno a preguntar en referéndum: «¿Considera conveniente que España siga siendo una única nación en la que todos sus ciudadanos sean iguales en derechos y obligaciones, así como en el acceso a las prestaciones públicas?».
Cuatro millones de firmas
Con el aval de las casi cuatro millones de firmas recogidas en apoyo de su propuesta, Rajoy se erigió en «la voz de los ciudadanos» y afirmó que están «inquietos» porque perciben que con el 'Estatut' se produce un «escamoteo fraudulento» de su soberanía. Para el líder de la oposición, el texto catalán no surge de una demanda ciudadana, sino de «puros antojos de gobernante desorientado que, para dar gusto a sus socios nacionalistas y sin medir las consecuencias, piensa que puede cambiar las estructuras del Estado como quien cambia los muebles de La Moncloa».
Disgustado al ver cómo el Congreso ventilaba su iniciativa en menos de una hora -en el procedimiento habitual que siguen el resto de proposiciones no de ley- anunció que los españoles «se pronunciarán sobre esto cuando haya elecciones en España». No aclaró bajo qué fórmula jurídica, aunque adelantó que el eje de su programa electoral en 2008 será la convocatoria de la consulta sobre «la idea de que España es una nación formada por ciudadanos libres e iguales en derechos, deberes y prestaciones».
Ningún grupo parlamentario secundó la iniciativa del PP. El portavoz de los socialistas en el Congreso, Diego López Garrido, replicó a Rajoy que su propuesta «es el antojo de una oposición desorientada». En este sentido, ironizó con la actitud del PP y preguntó por qué «si quieren la unidad de España la cuestionan en un referéndum».
En su primer debate en pleno desde que fue elegido portavoz en sustitución de Alfredo Pérez Rubalcaba, López Garrido acusó al primer partido de la oposición de haber puesto en marcha una estrategia para extender la «catalanofobia y subir en las encuestas».
Los nacionalistas rebajaron el nivel del debate al encargar la intervención a los segundos portavoces en un gesto testimonial. El representante de CiU, Jordi Xuclá, dudó que el propio Rajoy «se crea» lo que allí dijo porque conoce la Constitución y la ley del referéndum. ERC lamentó, por boca del diputado Agustí Cerdá, que el PP induzca al presidente del Gobierno «a cometer una ilegalidad». Joan Herrera, en nombre de IC-V, consideró un «exabrupto» la propuesta, que fue rechazada por 173 votos en contra y 140 a favor.