La UE ofrece a Irán tecnología nuclear punta si renuncia a enriquecer uranio
Le propone una estrecha cooperación política, económica y de seguridad
Actualizado:Europa está dispuesta a proporcionarle a Irán el fuego nuclear, pero sólo el que sirve para encender bombillas, no el que podría ser utilizado en la destrucción de naciones enteras, como Israel. Y está dispuesta a hacerlo, además, en el marco de un amplio paquete que comprenderá no sólo tecnología punta para el desarrollo y la utilización de energía nuclear en usos civiles, sino también medidas económicas de gran calado, y mecanismos de colaboración política y de seguridad absolutamente innovadores en las relaciones de la Europa comunitaria con la Persia de los ayatolás.
Este fue el acuerdo al que ayer llegaron los ministros de Exteriores de la UE, durante una reunión celebrada en Bruselas en las que volvieron a abordar el problema que plantea a la comunidad internacional el programa nuclear iraní, en el marco en el que actualmente se desenvuelve: con el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en pleno impasse, Teherán negando la colaboración con la Agencia Internacional de la Energía Atómica y Rusia oponiéndose a que cualquier decisión de Naciones Unidas sobre esta crisis comporte el obligado cumplimiento.
La estrategia que la Unión Europea ha decidido seguir a instancias de Francia, Alemania y Reino Unido, es la de darle a Irán lo que dice que quiere conseguir (un desarrollo nuclear para usos civiles, con todas sus vertientes, incluido el combustible irradiado y hasta una central nuclear de agua ligera, si llegara a plantearse el caso), junto a un amplio y profundo esquema de cooperación económica y política, que constituiría un respaldo de proporciones desconocidas hasta ahora en la esfera internacional al régimen integrista musulmán de Teherán.
A cambio, naturalmente, Europa exige que Irán abandone iniciativas que puedan ser interpretadas como una carrera hacia la consecución de la bomba atómica, y la colaboración en los esfuerzos para evitar la proliferación nuclear. «Queremos ofrecerles un conjunto de medidas generosas, hasta audaces, que les sea difícil rechazar si lo que verdaderamente están buscando es la utilización de la energía nuclear para usos civiles», decía Javier Solana, el alto representante de la PESC, al presentar la iniciativa a los medios informativos en Bruselas.
Los europeos, que reclaman para sacar adelante su iniciativa el concurso de todos los Estados con conocimientos y capacidad nucleares, desde Brasil a Japón, pretende evitar que Teherán prosiga con sus operaciones de enriquecimiento de uranio.
La renuncia
Ayer, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyah, anunció el rechazo de su régimen a todo compromiso que entrañe la renuncia al enriquecimiento de uranio. Sin embargo, fuentes del Consejo en Bruselas reconocían que una cosa es enriquecer uranio en una batería de 164 centrifugadoras, que es el equipo hábil que Teherán parece tener disponible, y otra muy distinta alcanzar a instalar los miles de aparatos de estas características que son necesarios para alcanzar, en tiempo útil, los niveles de enriquecimiento de uranio (por encima del 90%) que son necesarios para fabricar material fisible de usos militares.