VENCEDOR. Fernando Alonso alza el brazo desde el interior de su monoplaza en Montmeló. / AP
Polideportivo

Alonso es el jefe

Hasta ahora el rey era Michael Schumacher, pero el piloto asturiano está dejando claro en este inicio de Mundial quién es su heredero

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Al igual que en una manada, el jefe tiene que saber imponerse y los demás tienen que saber quién manda. En la jungla de la Fórmula Uno hay un jefe indiscutible, y ese no es otro que Fernando Alonso. Lo demostró en Montmeló ante medio mundo, empujado por 131.200 espectadores de pago que había en el circuito catalán. Demostró quién manda, quién es el más rápido, quién tiene el mejor coche y quién sabe gestionar las carreras como nadie.

Hasta ahora el rey era Schumacher, pero está claro quién es su heredero. El domingo las tácticas y los engaños estuvieron a la orden del día. Los mecánicos de Ferrari saliendo y entrando de boxes (no pueden permanecer en el pit-lane) para ver si picaban los hombres de Renault, y es que tienen que recurrir a estratagemas de ese tipo, como en Imola, para ganar.

También los neumáticos resultaron decisivos. Los Michelin se vieron favorecidos por el aumento de temperatura del asfalto. Los cuatro grados de más que tenía la pista catalana fueron suficientes para que el rendimiento de los Michelin fuera un poco mejor que sus rivales de Bridgestone. En Toyota, que también es cliente de Bridgestone, ya sabían que si subía la temperatura tendrían problemas. Los problemas no eran graves, pero restaban velocidad en las curvas, y aunque el Ferrari era 10 kilómetros por hora más rápido en la recta que el Renault, el equilibrio del coche francés era mucho mejor.

La virtud del Renault es que puede ir al límite en toda la carrera sin comprometer a su piloto, algo que no pueden decir ni en Ferrari, y mucho menos en McLaren.

Alonso y Schumacher se quedan solos en la lucha por el título. Honda se ha marcado como objetivo realista batir a McLaren, ya que Renault y Ferrari están fuera de su alcance. No deja de ser curioso que una marca generalista, o de coches de todo el mundo, esté por delante de la elitista Ferrari y del exclusivismo de Mercedes. La gestión de recursos que ha logrado Briatore es inmejorable. Por ello, su continuidad debe ser la garantía de éxito de Renault en el futuro, aunque tendrá que encontrar otro mirlo blanco como Fernando Alonso.