El ex jefe del espionaje francés exculpa a Chirac y Villepin del montaje contra Sarkozy
El general Rondot niega en una entrevista la investigación paralela a políticos y que el presidente galo tenga una cuenta secreta en Japón
Actualizado:En contra de lo que insinuaba su confesión judicial filtrada a la prensa, el general del espionaje Philippe Rondot, testigo clave del caso Clearstream, ha exculpado en declaraciones periodísticas al presidente francés, Jacques Chirac, y a su primer ministro, Dominique de Villepin, de haber urdido una conspiración contra su rival y número dos del Gobierno, Nicolas Sarkozy. El antiguo responsable de la inteligencia militar niega la existencia de una cuenta del jefe del Estado en Japón y designa a Jean Louis Gergorin y a Imad Lahoud, ejecutivos del consorcio aeronáutico EADS, como los principales instigadores de la maquinación orquestada en la penumbra de los servicios secretos.
La primera aparición pública de Rondot desde el estallido en abril del escándalo se produjo en las páginas del dominical Le Journal du Dimanche, propiedad del grupo Lagardère, uno de los gigantes de la industria del armamento que es a su vez accionista de EADS. En una entrevista a toda plana, acompañada con retratos fotográficos, el espía recién jubilado sale de la sombra para poner en el disparadero a Lahoud, experto en informática, y sobre todo a Gergorin, sospechoso de ser el cuervo que envió a los jueces listas falsificadas de supuestas cuentas bancarias en el extranjero para el cobro de sobornos y comisiones ocultas por personalidades políticas y empresariales.
Del presunto delator anónimo, vicepresidente dimisionario de EADS, Rondot dice que «en el pasado ya ha tenido visiones surrealistas: por ejemplo, el asesinato de Jean Luc Lagardère por la mafia rusa». El fundador del grupo armamentístico que lleva su nombre falleció a causa de una infección viral contraída en un hospital, según la versión oficial. A su juicio, en el caso de Clearstream, la gestoría financiera de Luxemburgo que supuestamente encubría el dinero negro, «debió convencer a Villepin de que había algo y que, en la duda, había que seguir buscando».
En total contradicción con sus testimonios orales y escritos reproducidos estos días, el ex-espía afirma que «jamás fue cuestión de investigar sobre Sarkozy o los demás políticos cuyos nombres aparecían en los listados». Tras declararse gaullista y cercano a Chirac, asegura que el presidente no tiene una cuenta con 45 millones de euros, pese a lo que dio a entender en su confesión, pues alega que fue acosado con ese tema por los jueces, cuyo trato fue «humillante» denuncia.
«No contestaré»
Rondot anuncia su negativa a acudir a las dos nuevas citaciones que le han cursado y que, si le obligan a testimoniar de nuevo, «no contestaré las preguntas que me hagan». Es su respuesta a lo que tilda de «exceso de filtraciones, manipulaciones y publicaciones sesgadas de mis escritos y palabras». A instancias del Gobierno, la Fiscalía de París ha abierto una causa por violación del secreto sumarial en 18 artículos aparecidos en diferentes medios.
En un editorial publicado en portada de Le Monde, uno de los diarios en el punto de mira, Jean Marie Colombani, su director, percibe una maniobra política y se prepara para un próximo registro de sus locales. «En un asunto de Estado como el de Clearstream, invocar el secreto de la instrucción equivale a reservar el acceso a las informaciones únicamente a las personalidades del poder concernidas y privar de ellas a los ciudadanos», dice el periodista, al que los guiñoles televisivos caricaturizan escribiendo al dictado de Sarkozy.