Víctimas de un canto de sirena
Alta rentabilidad pregonada boca a boca y una red de agresivos asesores, principales armas de Fórum y Afinsa
Actualizado: GuardarA toro pasado todos somos Manolete pero..., ¿quién hubiera dicho jamás que Fórum Filatélico era un fraude piramidal, una empresa que estaba en la ruina?». A María Jesús Martínez, como a otros cientos de miles de inversores de toda España, le atraparon los cantos de sirena de las dos grandes sociedades filatélicas intervenidas esta semana: la alta rentabilidad, el boca a boca, una red de agresivos asesores, la imagen corporativa y el puntual pago de intereses.
María Jesús cayó en la pirámide de Fórum Filatélico hace quince años de la mano de un amigo, como la mayoría de las víctimas. «Él estaba cobrando un 6 o un 8% de intereses y a mí el banco no me daba ni siquiera un 2. Tenía 51 años entonces y pensaba en mi pensión». Oficinista ahora jubilada, entonces no dudó. Tampoco Luis Caballo: «Enseguida, apenas preguntabas, te mandaban un asesor, documentación, llamadas, al final caías», explica este empresario que ha invertido en los últimos diez años 65.000 euros y ahora se frotaba las manos cuando pensaba en el próximo cobro de intereses.
Fórum Filatélico tenía que ampliar continuamente la base de la pirámide para mantener la apariencia de empresa fiable, y para eso trabajaban a destajo (y a comisión) sus 1.600 asesores (captadores). Ese ejército, distribuido por toda España, había crecido un 22% en los últimos dos años y medio. Muchos de esos soldados al servicio de la firma también han sido víctimas de la presunta estafa y, lo que es peor, «hemos arrastrado a muchos familiares», señala una de las pocas gestoras que, tras cuatro días de escándalo, comienza a dudar de la empresa de la que ha cobrado estos últimos cinco años. Su familia más cercana tenía invertidos en sellos poco más de 305.000 euros.
El producto estrella
María Jesús, Luis y la asesora que no quiere ver publicado su nombre picaron con el producto estrella de Fórum Filatélico: el Plan de Abono, una suerte de alternativa a los planes de pensiones con aportaciones periódicas, «aunque con muchas más ventajas porque era heredable, no tenías que llegar a los 65 para cobrar y sin gastos ni comisiones ni retenciones», apostilla otro inversor de los que ahora hace vigilia en la puerta de la sede central de la empresa, en la calle José Abascal de Madrid.
La fachada principal del edificio, ubicado en una de las zonas más exclusivas de la capital, todavía enseña ufana el logotipo de la empresa, cuyos brillos deslumbraron a futuros inversores que veían sus colores en las páginas de publicidad, en el patrocinio de eventos sociales, en las canchas de baloncesto o en los cascos de los veleros de competición. Todo ello, aderezado de los casi siempre elogiosos comentarios de los especialistas económicos y de las «continuas alabanzas en los foros de inversionistas en internet», recuerda Luis Caballo.
Hasta un 10%
«Todos caímos por los intereses que prometían y porque cumplían. Fórum Filatélico garantizaba bajo contrato un beneficio mínimo del 6,5% acumulado, aunque últimamente estaba dando en algunos casos el 10,5%», detalla Francisco Llaneras Mayo, cliente de la entidad desde hace 20 años y que desde hace cinco cobraba «religiosamente» extratipos que ningún banco jamás le hubiera dado.
«Con esa rentabilidad nadie sacaba su dinero cuando a los diez o a los quince años te daban la oportunidad de llevártelo todo. ¿A dónde ibas a llevarlo para que rentara tanto?», pregunta Llaneras Mayo, que, además de Forum Filatélico, era también cliente de Afinsa, la otra gran filatélica intervenida.
Fue en enero de 2005. Francisco Llaneras oyó aquello de «no poner todos los huevos en la misma cesta». Se llevó parte de sus ahorros a Afinsa y los colocó en el producto estrella de esta filatélica: el Plan de Ingresos Complementarios. El PIC, como le llamaban los clientes, era una «gran hucha» en la que «podían invertirse desde 20 euros al mes para hacer compras mensuales, semestrales o anuales en valores filatélicos cuya recompra estaba garantizada». Quien explica las ventajas de aquella inversión es Miguel Castellón, cliente desde hace tres y que había invertido en ese tiempo cerca de 22.300 euros.
«Era un fondo a largo plazo, firmabas compras de año en año durante diez años. Si se llegaba a la década, se obtenían los beneficios máximos, hasta un 10% anual. Y todos pudieron recuperar el dinero después de los tres primeros años y, aún así, a un 5% de beneficio», matiza este inversor mientras hace guardia frente a las puertas precintadas de Afinsa en la céntrica calle Génova de Madrid.