El fervor de Alcalá acompaña a la Virgen de los Santos en su camino de vuelta a casa
La Señora regresa, como cada cuatro años, a la localidad de la que es alcaldesa perpetua
Actualizado:Cuatro años después los alcalaínos han vuelto a tener la ocasión de pasear a su Señora, la Virgen de los Santos, desde la capilla que ocupa a las afueras de la población, a seis kilómetros, hacia Alcalá para reunirse allí con el Nazareno del pueblo, que la recibió y acompañó a la parroquia, lugar donde los fieles podrán visitarla hasta el próximo 27 de mayo.
La Virgen de los Santos es la patrona de la localidad, junto a San Jorge, y la devoción de la población es algo fuera de todo pensamiento humano. Desde muy temprano cientos de alcalaínos aguardaban a las puertas de la ermita de Nuestra Señora de los Santos a que ésta abandonara su puesto de presidencia en el camarín de la Virgen, en pleno altar del santuario.
El origen de esta ermita-santuario se cree que está ligado a la batalla del Salado. En la misma, el papel de la Virgen se consideró esencial y decidieron levantar este santuario en su honor. El mismo, lleva el nombre de Jardal y se encuentra a unos seis kilómetros del municipio. Además, bastante significativa es la gran colección de exvotos que tiene esta ermita, donde se pueden encontrar algunos del siglo XVIII.
Los primeros pasos
Tras la salida de la Virgen, luciendo un precioso templete de plata, la ilusión de los alcalaínos se fue haciendo más palpable entre los carriles de tierra que marcaban el camino de regreso a su pueblo. La primera levantá y los primeros pasos de la patrona corrieron a cargo, como mandan los cánones, de la Corporación municipal, que se muestra así, entregada, a la alcaldesa perpetua de la localidad.
Una vez concluidos los primeros pasos, el río Barbate se hizo presente en el caminar de la Señora, tocaba sortearlo y los feligreses aprovechaban la ocasión para salpicar a la Virgen para que ésta purificara el agua que discurre por las proximidades del pueblo, un momento emotivo en el que a la corriente del río hubo que añadir las lágrimas de más de un alcalaíno que no pudo soportar la emoción de ver a su señora bendiciendo el agua que les da la vida.
La jornada continuó bajo un sol de justicia que hacía necesario refrescarse durante el camino acompañando a la Virgen para no caer desfallecidos. Las paradas bajo los árboles que dan colorido al parque de los Alcornocales cada vez se hacían más necesarias para recuperar el aliento. Todo esto al tiempo que los feligreses se turnaban a la hora de llevar a la Señora de los Santos a hombros. A pesar de la mucha distancia, los hombros alcalaínos siempre estaban dispuestos para continuar con la vuelta al pueblo de la alcaldesa perpetua.
Cortijo Barbate
El punto intermedio se marcó cuando poco después de pasar el túnel que transcurre por debajo de la autovía, el cortejo de la patrona decidió llevar a cabo la tradicional parada en el cortijo Barbate para que los acompañantes de la Virgen disfrutaran de la convivencia con los vecinos y retomaran fuerzas para continuar el camino. Esta parada resulta bastante emotiva sobre todo por el reencuentro de los vecinos con los alcalaínos que por una razón u otra tuvieron que abandonar la localidad y que vuelven en días tan especiales como éste para reencontrarse con su pasado.
Tras las horas de convivencia el camino de la Virgen en dirección a Alcalá continuó llegando hasta la barriada que se encuentra en las afueras de la localidad, El Prado. Allí se produce uno de los momentos más multitudinarios: a la gente que viene haciendo el camino se suman el resto de alcalaínos y visitantes que vienen a recibir a la patrona.
Pero el recibimiento más especial se lo da el Nazareno, que viene para acompañar a su Madre en su recorrido por el pueblo en dirección a la parroquia. En El Prado, el alcalde de la localidad, Arsenio Cordero, hizo entrega a la patrona del bastón de mando de la localidad para que ejerza durante estos días la alcaldía perpetua que los alcalaínos le otorgaron hace muchos años.