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El australiano Robbie McEwen gana al sprint su tercera etapa en el presente Giro de Italia

El alemán Olaf Pollack, del T-Mobile, se convierte con su segundo puesto en el nuevo líder de la ronda ciclista

EFE | FORLÍ
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El australiano Robbie McEwen, del equipo belga Davitamon Lotto, ha sido el vencedor de la sexta etapa del Giro de Italia disputada a través de 227 kilómetros entre Busseto y Forlí, tras la que el alemán Olaf Pollack, del T-Mobile, se convirtió con su segundo puesto en nuevo líder de la ronda. McEwen, que ganó al esprint su tercera etapa en este Giro, invirtió un tiempo de 5h24.13 y Pollack relevó a su compañero Sergei Gonchar en el primer puesto de la general.

El australiano del equipo Lotto dejó claro que en estos momentos no tiene rival en las llegadas masivas del Giro, pues de las cuatro disputadas se ha llevado tres. En esta ocasión McEwen lo tuvo un poco más complicado al arrancar desde muy atrás, pero su fuerza, su potente pedalada volvió a dejar con la miel en los labios a sus más directos rivales y también a dos revelaciones en las llegadas masivas como son el colombiano Leonardo Duque (Cofidis) y el español Koldo Fernandez (Euskaltel) que fueron cuarto y quinto respectivamente. McEwen invirtió en los 231 kilómetros entre Busseto y Forli 5 horas, 24 minutos 13 segundos. Tras él el alemán Olaf Pollack, el lituano Tomas Vaitkus y los mencionados Duque y Fernández. La general no sufre cambios en sus primeros puestos y por segundo día sigue comandada por el ucraniano Sergey Honchar (T.Mobile) seguido del alemán Voigt y el australiano Rogers a seis segundos.

La jornada fue un calco a las anteriores disputadas en línea y a las primeras de cambio, en el kilómetro 6, se fueron el español Andoni Aranaga (Euskaltel Euskadi), el ucraniano Sergey Matveyev (Panaria) y el francés Christophe Edaleine (Crédit Agricole) contando con el beneplácito del grupo, aunque los componentes del T.Mobile del líder Sergey Honchar la controlaron desde lejos y en ningún momento dejaron que llegaran a los siete minutos. La aventura del trío llegaba a su fin a falta de una veintena de kilómetros para la meta final de Forli, tras una galopada de casi doscientos kilómetros, en los que el consuelo es que acapararon el protagonismo y publicidad para sus respectivos equipos durante muchos kilómetros.

Un día más el equipo español Euskaltel Euskadi volvió a ser uno de los protagonistas en lo que va de Giro, pues día tras día ha metido a alguno de sus corredores en las maratonianas escapadas que se han registro. Sin duda es el más batallador en lo que va de carrera, pues al resto de los conjuntos españoles, Liberty Seguros, Caisse D'Erpagne y Saunier Duval apenas se les ve, lo mismo que ocurre con un buen número de equipos cuyo único objetivo en esta carrera no es otro que intentar ganar alguna etapa. En esta ocasión el Euskaltel Euskadi lo intentó con Andoni Aranga, pero como les ocurrió a sus compañeros Markel Irizar primero y luego Benat Albizuru, en el periplo belga, tampoco tuvo la fortuna de su lado. La jornada no tuvo mayor historia que esa fuga. Un calco de lo sucedido en las tres en línea disputadas en Bélgica. La escapada del día y a pocos kilómetros de la meta los equipos con esprinters la echaron abajo.

Lo positivo es que el Giro sigue quemando etapas y kilómetros a pasos agigantados. En esta ocasión de una tacada 227, de los cuales sobraron los doscientos primeros, pues la emoción llegó en la parte final, cuando los esprinters comenzaron a preparar la llegada masiva. La aventura de los tres escapados de Matveyev, Edaleine y Aranga llegaba a su fin a falta de una veintena de kilómetros y a partir de ahí es cuando comenzaba la etapa. Como en otras ocasiones los compañeros de McEwen, Pollack, McGee, Bettini o Rebellin comenzaron a ocupar las primeras posiciones al frente del grupo. Si la totalidad de la etapa fue un calco de lo sucedido en las anteriores disputadas en línea, el esprint no fue una excepción y el australiano Robbie McEwen, con una fuerza descomunal salía desde atrás como un poseso y superaba a cuantos corredores iban por delante para cruzar, por tercera vez en lo que va de carrera, la meta final.

Mañana se disputará la séptima etapa, la más larga de la presente edición, con 236 kilómetros y, además, es el primer contacto con la montaña al estar considerada de media montaña. Unirá las localidades costeras del Adriático de Cesena y Saltara, aunque la totalidad de los kilómetros discurren por el interior. Los puertos en cuestión son el San Marino (3a., en el km 40); Monte Catria (1a., en el km 137, con 15 km de subida, pendiente máxima del 18% y media del 5,7%) y Monte Cesane (2a., en el km 196, con 7 km de subida, pendiente máxima 18% y media del 7%). Una etapa que se presta a las sorpresas debido a esos tres altos, especialmente a los dos últimos, pues el primer contacto serio con la montaña y los músculos no están todavía preparados para superar rampas tan empinadas después de muchos días de jornadas prácticamente llanas.