TEMPLE. La periodista bilbaína lleva 15 años en televisión.
ANA BLANCO CONDUCTORA DE TELEDIARIO 1

«Soy puro nervio, pero en directo tengo claro que no hay que perder la calma»

«Se ha notado la independencia de los informativos, y hay mucha pelea por encima de nosotros para mantenerla», afirma

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Ana Blanco comenta que siente pudor, «algo de vergüenza», al recordar los premios que ha recibido a lo largo de sus quince años de trabajo. El último, el galardón de la Academia de la Televisión a la mejor comunicadora. Siempre en pantalla -a prueba de cambios políticos y de gestión en RTVE-, la periodista bilbaína ha sabido transmitir sosiego en los momentos más turbulentos de la actualidad, bien desde los telediarios o en especiales en directo. Correcta, sumamente discreta y algo tímida, confiesa que detrás de este rostro tranquilo se esconde un manojo de nervios.

-¿Qué cree que ve la audiencia en usted para poder mantenerse tantos años en pantalla, sin descanso?

-El tiempo juega a tu favor. La gente se acostumbra a ti, te conviertes en alguien familiar y eso viene bien. La gente me suele decir que cuando me ve en pantalla me atiende, me escucha.

-Transmite serenidad. ¿Es tan tranquila como aparenta?

-No, soy muy inquieta y un puro nervio. Pero cuando estoy en directo tengo muy claro que no hay que perder la calma. Es como una contradicción. Todo el que me conoce sabe que me muevo mucho, que soy nerviosa, pero siento tal responsabilidad cuando estoy en directo que sé que no puedo perder los nervios. Y más aún en situaciones extremas. La primera más dura, incalificable, fue el 11-S, y todo el tiempo estuve diciéndome: «No puedes alarmar a la gente». Lo tenía muy presente. Es una especie de norma inconsciente. Pero tengo mis escapes, utilizo mucho el bolígrafo y cosas así aunque no se note.

-Usted estudió Pedagogía... ¿no fue el Periodismo una vocación temprana para usted?

-Sí lo era, pero no me decidí a estudiar Periodismo porque en casa no lo veían muy claro. Pero mientras hacía Pedagogía empecé a trabajar casualmente en la radio y ahí empezó todo. Lo he aprendido todo trabajando, que es una escuela maravillosa.

-¿Es dura la competencia con las privadas?

-Sí, pero está bien, porque te obliga a esforzarte mucho, a aguzar el ingenio.

Sin «grandes metas»

-Habrá sido objeto de ofertas de las televisiones comerciales. ¿Nunca le ha tentado aceptarlas?

- En algún momento lo piensas, pero finalmente me he quedado aquí; además, encantada.

-La actual gestión de RTVE se propuso garantizar la independencia de los informativos, situarlos al margen de los gobiernos de turno. ¿Se ha logrado?

-Sí, se ha notado y es mucha la pelea por encima de nosotros para que esta decisión se mantenga. Es uno de los méritos que se puede atribuir la dirección en este momento, la lucha por ofrecer todos los puntos de vista.

-¿Se hace buen periodismo en España?

-Se hace de todo. Hay cosas muy buenas y otras muy malas. Lo que no me parece bien es que se mienta, se cambie un titular o se corte una frase para que se interprete de otra manera. Eso es muy poco honesto.

-¿Le gustaría cambiar de actividad dentro del periodismo?

-Siempre que fuera interesante, probaría otros terrenos. Por ejemplo, con entrevistas. Pero yo vivo el día a día y no soy persona de plantearme grandes metas. Además, soy muy afortunada. No se me olvida nunca que yo tengo suerte y otros no la han tenido.