Todas las pasiones
Actualizado:La política y el amor son descendientes de la madre pasión y, posiblemente, del padre albur. Y entre otros rasgos comunes inevitables el que más luce es el de un lenguaje lleno de adjetivos fuertes, juicios demoledores sustentados en el «conmigo o contra mí», el ajuste de cuentas, las contradicciones y lo subjetivo. De hecho, nada hace cambiar tanto en intensidad y profundidad la realidad social como el amor y la política. Desde Agripina a Pilar Primo de Rivera, desde Cleopatra y Marco Antonio a la señora Thacher, o desde la bella Chelito a Miguel Boyer, ese tiburón del capitalismo avanzado al que tanto admiraba Lola Flores por «haber renunciado a todo por una mujer».
Y todas las pasiones que es capaz de generar la política andaluza se han concentrado en torno a la reforma estatutaria. La última frase lapidaria, fuerte, pasional e inclemente, al respecto, procede del sufrido PA. «El Estatuto de la traición», ha definido su secretario provincial de Sevilla. Una definición concisa, un zurriagazo, como un grito en medio de la intemperie. Una pretendida traición que es capaz, tanto en el amor como en la política, de generar toda la gama de ajuste de cuentas y de descalificaciones. Mejor así que no un almibarado juego de lugares comunes e hipocresías de tertulias de damas de caridad.
Pero estamos echando de menos la reacción del PP tras la aprobación de la reforma por al paciente Parlamento andaluz. En los tiempos de Antonio Hernández Mancha, todavía AP, el ilustre cordobés dejaba caer la frase más cruel y luego invitaba a café al destinatario de la maldad. También lo hacía con frecuencia el panzer socialista Ángel López y López en sus tiempos de portavoz socialista en la Institución.
Tiempos recios aquellos. Y por eso mismo me ha gustado tanto lo de El Estatuto de la traición. Los del PSOE no han replicado, de momento, pero ¿qué dice Arenas? Algo aguarda el caballero. No se sabe si una llamada telefónica, la constatación de un dato, o un lugar privilegiado en la cancha del pacto en la que se introdujo IUCA sin avisar. Arenas, tan lejos y tan cerca, pero ya con una edad.