El Algeciras logra un solo punto que hace de la salvación una misión 'casi' imposible
Jugó sin la ambición que se le presupone a un equipo que lucha por la permanencia Necesita recortar siete puntos en tres partidos
Actualizado:Dos no se pelean si uno no quiere y ayer pareció que ninguno de los dos equipos que saltaron al bien cuidado césped del Alfonso Murube estaban dispuestos a plantear una batalla seria.
Esta circunstancia se comprende en una A. D. Ceuta a la que el punto le vale para tener casi asegurada la permanencia, pero no en un Algeciras para el que los tres eran vitales en su intento de salvar la categoría.
Por eso pocos, muy pocos, de los más de un centenar de aficionados que atravesaron el Estrecho para ver este partido, comprendieron la alineación inicial del técnico murciano, en la que faltaban hombres habituales arriba como Copi, titular en las últimas semanas, e incluso Andrés Armada, dada las circunstancias que rodeaban a este partido.
Además, el Algeciras jugó como si no le fuera la vida en ello, de manera abúlica, con apatía, dando una imagen paupérrima, diametralmente opuesta a lo que debe ser un equipo que busca la victoria para mantenerse, una temporada más, en Segunda División B.
El Algeciras empató después de cuatro jornadas consecutivas sin lograr puntuar e incluso pudo ganar si en los minutos de descuento Juan Pablo, que se quedó solo delante de Basauri, consigue mandar el balón al fondo de la red. En esta postrera jugada se demostró la poca fe que tienen los jugadores albirrojos.
En principio parecía que la especulación de ambos conjuntos era consecuencia de un estudio previo de la situación para posteriormente intentar doblegar al contrario. Sin embargo no fue así dejando para el recuerdo una primera parte para olvidar, lo peor que se le ha podido ver al Algeciras en los últimos partidos, e incluso remontándose en el tiempo de esta temporada.
Si el primer tiempo fue malo de solemnidad, el segundo fue una auténtica tortura. Los dos siguieron a lo suyo, el Ceuta, a pesar de jugar como local, dio la impresión de que hubiera firmado el empate en el descanso y no tener que salir a jugar la segunda mitad.
Al Algeciras, por aquello de que últimamente no ha podido, o en esta ocasión no quería, se limitaba a dejar de pasar el tiempo sin que sus delanteros, perdón, su delantero, no le viera la cara en ningún momento al ex del Eibar y del Linares. Y así se llegó al final del partido.