El psicólogo incomprendido
Ayer se cumplieron 150 años del nacimiento de Freud, padre del psicoanálisis, que atemorizó a su Austria natal
Actualizado:Sigmund Freud , el padre del psicoanálisis, que descubrió el inconsciente y la importancia de la sexualidad infantil en el tratamiento de las neurosis, sigue siendo un incomprendido en su Austria natal que conmemora en mayo el 150 aniversario de su nacimiento, mientras prosigue la guerra entre adeptos y detractores. El hecho de que Freud fuera un paria en su propia patria se debió a sus orígenes judíos y al carácter entonces insólito de sus teorías, afirma Alexandre Friedmann, psiquiatra y miembro del Consistorio Israelí Austriaco. «El antisemitismo era virulento en la monarquía austro-húngara a finales del siglo XIX y a inicios del XX, sobre todo en Viena», donde Freud, judío no practicante, vivió 78 años, agrega.
Nacido en 1856 en Moravia, entonces territorio del imperio austro-húngaro, Freud fundó a principios del siglo XX en Viena su teoría sobre el psicoanálisis, mientras que Adolfo Hitler descubría en la capital el «antisemitismo racial» que se convertiría en el pilar de su ideología nazi.
Para Christine Diercks, presidenta de la Sociedad Psicoanalítica de Viena, fundada por Freud en 1908, «es cierto que había un antisemitismo virulento en Viena» en esa época, pero «Freud fue recibido de forma ambigua: el psicoanálisis daba miedo, fue rechazado y criticado aunque al mismo tiempo fascinaba», explica. «Freud llegó con nuevas ideas que rompieron los tabúes», observa Diercks, antes de agregar que «en un mundo con moral victoriana cabía esperar reacciones negativas». «Más allá del antisemitismo, la hostilidad hacia Freud puede explicarse también por la sociedad burguesa de la época, pues el psicoanálisis descodificó su santorrunería», agrega Friedmann. El Napoléon de las neurosis no dejó títere con cabeza al asegurar, en 1886, en una alocución en la Sociedad de Médicos de Viena, que los hombres podían verse afectados por la histeria que hasta entonces había sido cosa sólo de mujeres. Admirado en occidente, Freud sólo fue aceptado en Austria después de la II Guerra Mundial. Tuvo que esperar hasta 1971 para tener un museo en su apartamento, y en las universidades austriacas el psicoanálisis sigue sin encontrarse en el programa obligatorio de los estudios de psicología.