Protesta en la misa del domingo
Actualizado:Ni que estuviéramos en Gdansk durante el nacimiento de Solidaridad, en aquellas huelgas "papales" contra el régimen comunista de Jaruzelski, con los obreros comulgando. Mañana domingo a la una y media de la tarde habrá una peculiar protesta en la misa del Oratorio de San Felipe Neri, que ha sido convocada desde "la base", por medio de sms, por Internet y por el más clásico boca-oreja, para pedir que el templo no se desacralice. Se trata, y no recuerdo otra, de una concentración de fieles contra el Obispado.
La Junta ha planteado a la Iglesia diocesana una oferta de compra de la histórica iglesia donde se celebraron las Cortes, para que en el bicentenario de 2012 sea "un gran complejo" (sic) dedicado a La Pepa. "No hay nada concreto", dicen fuentes del aparato diocesano. "Está pactado y nada va a evitarlo", sospechan otros sectores de la Iglesia gaditana. "Se hará" afirman responsables del PSOE, "pero estamos esperando a que los curas bajen el precio".
La obediencia debida a la jerarquía, el miedo a censurar a la institución o la prudencia contuvieron las críticas, pero eran muchas y han terminado por estallar. En grupos laicos y en miembros de la curia cunde el desánimo por el cúmulo de contradicciones y cerrazón de sectores próximos al obispo y reclaman a monseñor Ceballos que informe con claridad y concreción, amparados incluso en una exhortación del Vaticano II, que anima a "exigir una información objetiva de los sucesos públicos", porque "sólo la verdad nos hará libres".
Así, lo primero que no se explica es que se justifique la venta del Oratorio en la penuria económica de la diócesis, porque ésta es, hoy por hoy, millonaria, tras la venta de unos terrenos en Camposoto como ya hizo público en LA VOZ el abogado José Ramón Pérez.
Además, la operación se plantea sin consultar a la comisión diocesana de patrimonio, vulnera antiguas donaciones y pone en peligro otras futuras, deja fuera al Ayuntamiento, propietario del colegio y del museo. Pero, sobre todo, se hace sin un proyecto concreto y explícito detrás. Nadie dice qué se va a hacer allí, salvo vagas declaraciones de intenciones. No se sabe si va a ser un gran centro, una universidad, una cátedra bien dotada, con presupuestos, proyecto, diseño de objetivos, coherencia, peso, respaldo cultural y político, o por el contrario consistirá en un nuevo brindis al sol, un chiringuito, un pesebre. Ese es el principal miedo, fundado sin duda por la experiencia en esta ciudad, llena de "museos del ná". La Iglesia tampoco lo sabe, pero acepta vender en esas condiciones. Me aseguran incluso que la Junta no tiene hoy por hoy ningún proyecto, todo lo más "diversas ideas que se barajan ".
Sin embargo, no se debe cerrar la puerta a una iniciativa que, bien dotada, puede convertirse en un activo importante para el futuro de la ciudad y que correctamente planteada, conciliaría los distintos intereses, porque hay fórmulas de desacralización temporal que pueden hacer compatibles los diversos usos. Incluso altos cargos socialistas plantean esa posibilidad.
Tengo la impresión de que todo podría ser más sencillo de lo que parece y que la bola que se está creando, con apelaciones incluso al Vaticano, no beneficia a nadie. El objetivo debe ser conseguir que el Oratorio sea «puesto en valor», por usar el lenguaje administrativo, lleno de actividades y de contenido, que sirva para generar cultura y riqueza, y al mismo tiempo es preciso evitar que termine por convertirse en un nuevo centro «virtual», despojado de sentido, cerrado la mayor parte del año y sin dinero ni para reponer las bombillas. No sería el primero.