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Los jugadores del Espanyol hacen el pasillo a los del Barcelona tras la conquista del título de Liga. /AP Photo
PRIMERA DIVISIÓN

El Barça continúa de fiesta con la ayuda de un Espanyol convaleciente

En estos momentos, el Valencia recibe al Atlético en Mestalla en busca del subcampeonato

REDACCIÓN | MADRID
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El Barcelona ha comenzado su fin de semana de festejos por el título de Liga con una victoria demasiado cómoda por 2-0 ante un Espanyol que se complica sobremanera su permanencia en Primera División. Tras un derbi descafeinado, el conjunto azulgrana ha recogida el trofeo de campeón liguero. En el otro encuentro disputado, el Sevilla tampoco ha tenido piedad con el peor conjunto de Liga, el descendido Málaga, al que ha ganado por 0-2.

FC BARCELONA 2 - ESPANYOL 0

El conjunto azulgrana cerró la Liga ante su público de una manera brillante. No se empleó a fondo, pero le alcanzó para imponerse a su rival ciudadano en un ambiente de fin de curso que deparó un encuentro demasiado tenso para el Espanyol y demasiado relajado para el Barca.

Falto de fe, el Espanyol se dejó vencer por el peso de la historia. Existe ya toda una generación de españolistas -24 años- que no ha visto a ganar a su equipo en el Camp Nou, y no hay demasiados indicios de que la tradición se rompa. El primer gol fue el ejemplo perfecto del desarrollo del partido. El Barça lo encontró sin buscarlo. Ronaldinho controló el balón en el costado izquierdo del área rival y Eto'o le dobló para enviar el esférico al punto de penalti. Y después de dos rebotes -Sergio Sánchez y Jarque-, se coló entre las piernas de Iraizoz.

Poco ofreció el Espanyol en ataque. Tuvo un cuarto de hora de dominio en el arranque de la segunda parte y recuperó energía con la entrada de Pandiani, pero se vino abajo cuando Ronaldinho sentenció el partido. Lo hizo aprovechando la invitación de la defensa españolista, al acompañar un mano a mano de Larsson con Iraizoz. El meta navarro detuvo el disparo del sueco, pero el rechace cayó a pies de Ronaldinho. El brasileño buscó a su compañero, pero vio la portería tan vacía que no tuvo más remedio que anotar su decimoséptimo gol del campeonato.

A partir de ahí, el Barcelona se dedicó a despedir a los que abandonarán el club, Larsson y Gabri, y disfrutar de la fiesta del título. Encontró unos minutos muy plácidos porque el Espanyol dejó pasar el tiempo, resignado a jugarse la salvación en el último partido de Liga, frente a la Real Sociedad.