SOLIDARIOS. Los Gates, durante una visita a Mozambique. / AFP
Sociedad

Bill y Melinda Gates ganan el Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional La 'inductora' del giro

El jurado del premio fallado ayer reconoce la «generosidad y filantropía» del matrimonio, promotor de una fundación que lucha «por la salud global»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Como es habitual en una de las personas más influyentes del planeta, Bill Gates formaba ayer parte de la conversación en Estados Unidos. Pero no por haber recibido, junto a su esposa Melinda, el premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional. Ayer, todo el mundo comentaba unas declaraciones televisivas del genio de Microsoft expresando su cansancio por figurar como el hombre más rico del mundo, con una fortuna estimada por la revista Forbes en 50.000 millones de dólares. «Ojalá no lo fuera, no comporta nada realmente bueno», ha indicado el magnate, frustrado por haber perdido su privacidad.

Para solucionar su peculiar «problema», Gates se ha embarcado durante los últimos seis años en una decisiva revolución del sector de la filantropía, creando su propia fundación dotada con unos fondos de 29.000 millones de dólares (la mitad de su fortuna total).

Esa cantidad coloca a su organización sin ánimo de lucro por encima de cualquier ránking de esfuerzos privados para aliviar el sufrimiento y la pobreza.

La principal función de la fundación es la búsqueda de vacunas contra las enfermedades más de-vastadoras en el tercer mundo (sida, malaria, tuberculosis...), así como la puesta en marcha de grandes programas de alimentación en zonas de hambruna y de implantación de sistemas educativos estables en África, Asia y Suramérica.

En una breve declaración remitida ayer desde Seattle, el superlativo multimillonario y su esposa se han considerado «honrados de recibir el prestigioso premio Príncipe de Asturias en nombre del trabajo realizado por la Fundación Bill y Melinda Gates.

Estamos especialmente satisfechos porque el premio reconoce que los esfuerzos combinados de mucha gente comprometida, por todo el planeta, en lograr soluciones para problemas apremiantes».

Los Gates, además de halagar a la Fundación Príncipe de Asturias, han explicado que ellos también son beneficiarios de sus esfuerzos filantrópicos, por «la oportunidad para aprender y colaborar con gentes de muchos países y muchas formas de vida».

Insistiendo en el optimismo, aseguran que con trabajo y cooperación «podemos reducir las grandes injusticias del mundo y asegurar que más gente tiene la oportunidad de vivir su potencial pleno».

Elegidos estas navidades personas del año 2005 por el semanario Time, los Gates parecen estar poniendo en práctica la máxima de otro legendario y filantrópico magnate, Andrew Carnegie, que aseguraba que «el hombre que se muere rico, se muere desacreditado». Para ello están repartiendo más dinero a más velocidad que nadie en el mundo con el objetivo de salvar el mayor número posible de vidas.

Empezando por los cientos de millones de dólares canalizados a través de su programa Grand Challenges, que estimula a los mejores cerebros del mundo para encontrar soluciones efectivas a problemas como la producción de vacunas sin necesidad de inyecciones o refrigeración.

No faltan quienes vaticinen que a este ritmo, Bill Gates puede cambiar dos veces el mundo. La primera vez con la revolución informática propiciada por Microsoft y la segunda con su fundación concentrada sobre todo en retos sanitarios y educativos.

Según su amigo Bono, el cantante de U2, Bill Gates va a pasar mejor a la historia por lo que está haciendo para repartir su «problema» particular con destino al bien común. Melinda French Gates, la esposa de Bill Gates, parece ser la verdadera inductora de este lado solidario del mayor emporio informático del mundo. Nacida en Dallas (Texas) en 1964, llegó a la compañía en 1987 y pronto destacó como líder de desarrollo de múltiples proyectos multimedia, hasta que en 1996 fue nombrada directora general de márketing.

En 2000 creó con su marido la Fundación Gates, aunque ella fue la promotora. Desde entonces está volcada en esta asociación sin ánimo de lucro, y trabaja con socios y proveedores de la institución para conseguir fondos. Tiene tres hijos con Bill Gates, junto al que fue nombrada personaje del año 2005 por la revista Time, al mismo nivel de popularidad y prestigio que Bono, el cantante de U2.