«Soñaba con algo así desde que repartía programas de mano»
Se ha reivindicado en Sevilla con una actuación pletórica de ambición que le valió la cotizada Puerta del Príncipe; ahora busca la confirmación en Madrid
Actualizado:-¿Qué ha significado este triunfo tan rotundo en Sevilla?
-Muchísimo. Todavía estoy disfrutando de él, pero también tengo los pies en el suelo y se acerca un compromiso muy importante en mi vida, como es el de la confirmación en Madrid, para el que me veo muy preparado y con ilusión, más aún después de haber cruzado la Puerta del Príncipe.
-Además, le han proclamado triunfador absoluto del ciclo.
-Y ésa es la máxima ilusión que puede tener un torero. No es fácil, pero lo he conseguido y estoy orgulloso. Lo he soñado tantos días desde niño, cuando repartía programas de mano viendo salir a hombros a otros toreros, que aún no me creo que me haya tocado a mí.
-Tomó la alternativa en la Feria de Abril de 2005, cuando salió del anonimato, y desde entonces le han sucedido cosas muy buenas. ¿Se siente afortunado?
-La verdad es que todo ha pasado muy rápido. Sólo llevo un año y unos días de alternativa, he cortado siete orejas en Sevilla, además de cosechar triunfos importantes en Pamplona, Vitoria, Málaga... Y no es fácil, pero gracias a Dios la suerte y el toro me han acompañado para entrar en el circuito.
-Y esta temporada no baja la guardia, porque ha llegado a Sevilla y ha arrasado en su única oportunidad.
-Ha sido un sueño cumplido. Por fortuna, fue mi día y pude salir por la Puerta del Príncipe. Me hacía falta cortar las orejas para dar un zambombazo así.
-¿Fue la tarde tal y cómo la soñó?
-Mucho más, porque los sueños no se disfrutan tanto como la realidad. Fue maravilloso salir a hombros. En esos instantes me acordé de mi familia, de mi cuadrilla y de toda la gente que me ha apoyado siempre. Desde luego, ha sido la mejor inyección de moral.
-Lo cierto es que la suerte también está jugando un factor importante en su carrera.
-Suerte tiene que haber. Creo que juega el cincuenta por ciento en el triunfo, y el otro cincuenta lo pone la preparación del torero. En Sevilla se reunió todo: mi preparación, la suerte, el toro, el público y matar a los toros.
-Un éxito que se veía venir de acuerdo a su irresistible ascensión desde su alternativa.
-Ya al hacer el paseíllo sabía que tenía que pasar algo. Me acordé de algo que siempre he escuchado a las figuras: «Hay determinadas tardes en las que un torero tiene que dar la vida». Y fue lo que hice: darlo todo.
-Ahora las cosas sí empiezan a tener otro color.
-Así es, al fin todo se va aclarando un poquito más. Hasta ahora estaban ocurriendo cosas muy raras, pues pese a triunfar en otras muchas plazas, me estaba costando trabajo entrar en las ferias. Este año no he toreado ni en Valencia ni en Castellón y no soportaba que se hablase de todos los toreros menos de mí. Pero, claro, si no toreaba, ¿cómo iban a hablar? Espero que me echen más cuentas. Esta temporada tiene que ser la de mi lanzamiento.
-Y todavía el panorama puede ser mejor si repite triunfo en Madrid...
-Sería otro sueño, y ése sí que sería grande. Abro San Isidro con mi confirmación, una tarde clave en la vida de un torero, también de mucha presión. Pero es el nuevo reto que tengo por delante. Sé que en Madrid quieren ver al Salvador Cortés que ha triunfado en Sevilla.