Medidas globales
Actualizado:De los accidentes de carretera contabilizados en el pasado puente, destaca el número de víctimas mortales -58-, que supera en 18 las del año pasado por las mismas fechas, y a la vez resultan muy elocuentes las circunstancias de los siniestros de cara a determinar los factores de causalidad en los mismos. En las autoridades de Tráfico se detecta un tono de incredulidad por el feo cariz que ofrecen los balances de dos recientes periodos con alta densidad de circulación, el fin de semana pasado y, hace menos de un mes, las vacaciones de Semana Santa. Cifras que amenazan con poner fin a una esperanzadora tendencia a la baja que en 2005 se concretó en un descenso del 5,3% de fallecidos.
Algo le falta desde hace años a nuestra política de seguridad vial, sin descartar que el problema no reside en multiplicar las medidas sino en ordenar y priorizar las existentes. Entre normas administrativas, reformas legales y actualizaciones punitivas, llevamos casi cinco años de iniciativas contra la siniestralidad, desde la reforma de la tasa de alcohol en sangre hasta la nueva Ley de Seguridad Vial, pasando por la elevación de sanciones con retirada del carné. Lo que supone un cúmulo de decisiones difíciles de asimilar por el conductor medio, sin tener en cuenta que está también en marcha una reforma del Código Penal relacionada con la conducción y que en breves semanas entrará en vigor el carné por puntos, que de seguro provocará mayor nivel de autodisciplina en los automovilistas, aunque habrá que ver durante cuánto tiempo.
No cabe duda de que el mayor porcentaje de accidentes se debe a negligencia, despiste o confusión del conductor, pero esa no es explicación suficiente. El exceso de velocidad es responsabilidad exclusiva de quien pisa el acelerador, pero una maniobra a destiempo o inadecuada puede tener relación directa con las condiciones de la vía por la que se circula, ya sea por su trazado, mantenimiento o señalización. Los datos del fin de semana abundan en lo anterior, porque los fallecidos sin llevar cinturón han sido el 15%, no casi el 50% de hace unas semanas, pero es que el 72% de los accidentes mortales se ha registrado en carreteras convencionales, es decir, de un solo carril por sentido. Para neutralizar ese efecto negativo de cambio de autovía a carreteras de un solo carril por sentido es preciso un gran despliegue de señalización. Esa panoplia de orígenes de accidentalidad tan variada en sus causas es lo que define también por dónde debe ir la batalla por la seguridad: un conjunto de medidas y actuaciones sobre vehículos, conductores, carreteras, señalizaciones, puestas en marcha de manera simultánea.