Una factoría de futuro
El conjunto juvenil del Virgili Fuentemar produce una gran cantidad de buenos futbolistas y el sábado dio buena muestra de su potencial ganando al Apademar en el Andaluz
Actualizado:Está todo perfectamente calculado y no falta ninguna pieza. La máquina del Virgili funciona a la perfección y la función de producir fútbol sala de calidad la realiza a las mil maravillas. Para que ese rendimiento se mantenga siendo el adecuado, el conjunto fosforito cuenta con la garantía de tener una cantera que produce futbolistas de una gran proyección. Es el caso del conjunto juvenil, que marcha bajo la dirección de Marcos Enríquez y el propio Miguel Rodríguez. Tras una temporada plagada de satisfacciones, se encuentran inmersos en el Campeonato de Andalucía, al que accedieron tras quedar terceros en el provincial, por detrás de Géminis y Puerto Real, y cuyo primer envite solventaron en casa sin mayores complicaciones. En un partido de mucha expectación, dieron buena muestra de la calidad que atesoran en sus botas y se impusieron al Apademar de Córdoba por un incontestable 6 a 3, lo que hace que el viaje a la ciudad de la Mezquita se plantee con una mayor tranquilidad.
El objetivo que todos tienen en mente no es otro que el de salir por la puerta grande en la competición regional y, por qué no, intentar quedar primeros para poder asistir al Campeonato de España; todo un sueño que está al alcance de la mano si el engranaje sigue trabajando con la misma intensidad que la que ha mantenido hasta el momento.
Y es que al grueso de esta plantilla un compromiso de tal magnitud no les cogería en absoluto por sorpresa. La base sobre la que se sustenta el proyecto proviene de aquel equipo cadete que consiguió coronarse como el mejor de España. Las cosas han comenzado bien y todo apunta a que el éxito podría volver a repetirse.
Jóvenes pero talentosos
Hay un detalle que aumenta el valor de lo conseguido por este equipo hasta el momento, y es que, exceptuando a Antonio, Isaac y Botana, el resto de jugadores son juveniles de primer año, por lo que en la mayoría de los casos han llegado a enfrentarse a plantilla con una edad superior a la suya.
La progresión de las escalas inferiores no ha pasado desapercibida para el equipo absoluto, ya que de los dieciséis hombres que componen el cuadro dos, Jesulito y Luis, ya han debutado con los grandes, ofreciendo unos resultados óptimos que invitan al optimismo, y a pensar que el futuro del Virgili está garantizado para muchas temporadas más.
El caso de Jesulito es el más destacado. Todo un killer para las defensas rivales, puede alardear de haber superado la treintena de goles en su cuenta particular. Es rápido, maneja bien los tiempos, sabe pisarla y organizar y, sobre todo, tiene una potencia en el disparo colosal, que nada tiene que envidiar a la que puedan disponer hombres de mayor edad.
Lo mejor de todo es que no se erige como estrella aislada, sino que se integra dentro de un proyecto en el que lo importante es el grupo. Como advierte Miguel Rodríguez, «vamos todos en el mismo barco y somos una gran familia».
Contando con que son un grupo unido que maneja bien la bola y que está dotado de mucha calidad, sólo falta que el paso del tiempo termine de hacerlos como futbolistas para que, algún día, el Virgili llegue a ser uno de los grandes del fútbol sala en el panorama nacional.