Reilusionar
Actualizado: GuardarEl ser humano es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra. El Xerez es el único equipo capaz de hacerlo siempre. Aún con posibilidades matemáticas de lograr el ascenso, el fútbol da pistas suficientes para saber que la lógica que tanto se ausenta en este deporte, al final, hace acto de presencia para confirmar lo que se espera.
El discurso de los imposibles es el que apela a la fe, a la esperanza y a la suerte. Ese discurso, a estas alturas, ya no sirve en Jerez y ojalá me equivoque. El problema es que el equipo no transmite ni cuando gana por la mínima ni cuando es goleado por un equipo del montón. Ese sí es un problema mayor al hecho de ganar o perder. No transmitir nada.
La segunda vuelta del Xerez ha sido pésima. Números de equipo malo. Por el contrario, la primera ofreció números que se asemejaban al virtual campeón de liga, el FC Barcelona. El objetivo era la permanencia. Nadie puede sentirse engañado aunque sí decepcionado al volver a quedarse en un sueño el imposible ascenso.
Si hubiéramos empezado mal, para acabar manteniendo la categoría nos hubiera dejado una sensación de alegría que serviría de motivación para la próxima campaña. En cambio, el xerecista ya espera que acabe la liga y que sea la institución, mediante fichajes, la que se vea obligada a alterar y motivar el triste "corazoncito" del aficionado.
Todos coincidimos ahora en que no éramos tan buenos y que no hemos llegado enteros o al mismo nivel físico del de otros equipos. Si no ascendemos, es porque no lo merecemos y esa es la única verdad. Hay que mejorar mucho para alcanzar el sueño.
El xerecista es ambicioso pero su paciencia tiene un límite. Ya estamos en segunda, ahora busquemos la primera abiertamente. Comportarse como un grande en la categoría. Ese es el único discurso que aceptaría la afición que se siente muy herida y muy decepcionada.