Previsible
Actualizado:El día de ayer pasará a la historia de la política andaluza pero en absoluto resultó una fecha memorable ni se detectaron emociones colectivas. Al contrario, fue una jornada predecible políticamente, aunque, eso sí, el Parlamento rozó el overbooking en cuanto a espacios para periodistas y notables de la vida andaluza, incluido un ex presidente de la Junta de los dos que sobreviven.
Los ilustres invitados repetían mucho el término «consenso» en un tono más cercano al lamento, por no lograrse, que a la sorpresa. Y es lo que se decía: la política andaluza es más previsible en su dinámica que los comentarios de los contertulios políticos de televisión. Con otra particularidad: el consenso no es un valor absoluto en sí mismo en esa vida pública, y sí la mayoría, especialmente la mayoría de calidad. En fin, que esto del consenso para los representantes políticos es como el acto de contrición para los pecadores: una justificación piadosa para que cada uno haga de su capa un sayo e insistir en los excesos (pecaminosos).
Destacaron mucho las señoras. La presidenta Moreno, María del Mar, por ejemplo, con esa fórmula, que sorprendió a más de uno, de establecer una especie de «preturno». Una presidenta que tiene un tono de voz de lo más reposado y relajante, lo que debe de ser un regalo para sus cercanos. Y Concha Caballero, que ya truena menos pero sonríe más, aunque contundente como siempre. Es obvio que a doña Concha le ha sentado muy bien los acuerdos con el socialismo gobernante. Y la andalucista Pilar González, que recuerda tanto a las actrices griegas e italianas del neorrealismo, con su voz poderosa y su gesto de militante de la Resistencia.
Moreno, Caballero, González, una mesa coja que aguarda la «cuarta pata» de la mesa, que podría ser Oña, o la que disponga el señor Arenas o el destino, porque esto del destino, o de la Providencia, es un elemento muy valorado por los populares. En fin, lo que sea pero que sigamos avanzando con el nuevo Estatuto y distrayéndonos con el orden paritario, aunque siempre sería más interesante lo paritario sin obligatoriedad oficial ni discursos al respecto repleto de tópicos.