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Tribuna

Estatuto, una oportunidad para el progreso

MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ CARMONA/SECRETARIO PROVINCIAL DEL PSA
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Estamos viviendo un momento político histórico y así hemos de sentirlo todos. El Estatuto de autonomía, nuestro texto normativo de primer orden, está siendo reformado y ayer mismo, en el Parlamento Andaluz, se debatió el documento que será enviado al Congreso para que en Madrid quede refrendado. La Comisión de Desarrollo Estatutario del Parlamento Andaluz finalizó el jueves 20 sus trabajos y el texto del nuevo Estatuto de Autonomía para Andalucía quedó entonces pendiente de su paso por el Pleno.

Sin ánimo alguno de ser tibios, podemos afirmar que este texto merece nuestras simpatías, ya que, aunque no recoge todas las reivindicaciones que el PSA considera como justas para Andalucía, sí es apropiado para el momento en que estamos.

Pasar de ser una comunidad autónoma a reconocer que Andalucía es una «realidad nacional» supone un avance importante, corto y no suficiente para nuestras aspiraciones de que sea considerada nación, pero avance al fin y al cabo. Estamos convencidos de que el PSOE ha asumido más de lo que puede y de lo que pensaba, eso supone que estamos ante retos importantísimos y en tal tesitura el PSA efectuará su función de vigilancia de forma contundente.

El PSA ha defendido desde siempre que las denominaciones de las distintas comunidades autónomas traerán consecuencias jurídicas y, teniendo en cuenta cómo han discurrido las reformas estatutarias en otras comunidades, podemos estar relativamente satisfechos de este texto.

Queremos que quede claro que no estamos de acuerdo con el techo competencial al que podremos acceder con la aprobación de este Estatuto y que el asunto de la financiación tampoco es el que Andalucía se merece teniendo en cuenta sus déficits históricos. Pero, por otra parte, este texto colma una aspiración y es que iguala el techo competencial de Andalucía con el de la comunidad que lo tiene más alto, esto es, con Cataluña (tal y como han reconocido, no sin disgusto, los propios catalanes), y «Andalucía nunca menos» ha sido una reivindicación constante del PSA.

Por eso, aunque habríamos querido un techo competencial más alto, hay que saber valorar los momentos.

Sin embargo, es necesario seguir profundizando en el desarrollo de la autonomía andaluza y especialmente en tres asuntos concretos que siguen siendo reivindicaciones del PSA: la no coincidencia de elecciones andaluzas con otros comicios, la restricción en el tiempo de mandato de un presidente y el desarrollo del municipalismo en Andalucía. En el PSA nos sentimos especialmente sensibles con este último punto, ya que el municipalismo está adormecido y no se da a los ayuntamientos la importancia que tienen cuando son primordiales para el bienestar de los ciudadanos.

Desde el PSA vigilaremos que este texto no sea podado en Madrid y para ello seguiremos mostrándonos fieles a Andalucía, a sus aspiraciones, creencias y realidad. Nos duele que otros partidos no compartan nuestro compromiso. El «fundamentalismo ridículo» del que está haciendo gala un PA desconocido y en horas bajas no puede ser consentido. Al igual que nos parece que el PP está siguiendo la lógica de la derecha más reaccionaria al encajonar sus aspiraciones a un concepto de retrógrado recuerdo para los ciudadanos. Lo más significativo es que ambos van cogidos de la mano a pesar de defender posturas tan dispares y disparatadas.

En Andalucía hace falta coraje para eliminar las barreras del miedo y reivindicar sin fisuras competencias, peso político específico y otras tantas demandas. Siempre desde el convencimiento de que nuestra tierra merece ser tratada como la primera y desde el prisma de un partido nacionalista, de izquierdas y progresista calificamos el Estatuto andaluz de paso al frente, un escalón que nos acerca a la meta del nacionalismo solidario que propugna el PSA.

El PSA seguirá abanderando el progreso de la patria andaluza, el desarrollo de nuestra tierra política, económica y socialmente hablando. Estamos ante un buen Estatuto... para el momento y por el momento.