Olmert pacta una coalición que le otorga mayoría absoluta en la Kneset

El primer ministro israelí en funciones, Ehud Olmert, comunicó ayer al presidente, Moshe Katzav, que ha logrado el apoyo de 67 diputados y que espera presentar al nuevo Gabinete ante la Kneset el jueves. La coalición de gobierno estará integrada por cuatro fuerzas políticas -Kadima, los laboristas, los ultraortodoxos orientales de Shas y los jubilados-, aunque es posible que en las próximas semanas se incorporen también los ultraortodoxos askenazis del Judaísmo Unido del Pentateuco.

Olmert dispondrá así de mayoría suficiente para controlar una Cámara con 120 asientos, a pesar de que el líder espiritual de Shas, el rabino Ovadia Yosef, ya se ha expresado con claridad en contra de la retirada unilateral de partes de Cisjordania que propugna el primer ministro en funciones.

El objetivo principal de Olmert será establecer las fronteras definitivas de Israel antes de que concluya la legislatura en 2010, pero no está nada claro cómo conseguirá sacar a los colonos de Cisjordania. Este plan contará con el apoyo de los diez diputados árabes y de los cinco del partido socialdemócrata Meretz, que no forman parte de la coalición. Olmert anunció asimismo ayer la lista de miembros de Kadima que se harán con carteras ministeriales. Destaca la posición de la viceprimera ministra Tzipi Livni, que dirigirá también el departamento de Asuntos Exteriores. Livni, de 47 años, es abogada de profesión y en el pasado trabajó para los servicios secretos del Mosad, aunque no es la única integrante del nuevo Gabinete hebreo que tiene esos antecedentes.

El veterano Simon Peres, de 83 años, también será viceprimer ministro, un cargo que compartirá con la de responsable del Ministerio para el Desarrollo de Neguev y la Galilea, mientras que el general Shaul Mofaz será simultáneamente el tercer viceprimer ministro y el titular de la cartera de Transportes.

Peretz, en Defensa

El sucesor del general Mofaz en el Ministerio de Defensa, con sede en Tel Aviv, será el líder del Partido Laborista, Amir Peretz, capitán en la reserva del Cuerpo de Comunicaciones y ex secretario de la Confederación de Trabajadores (Histadrut). En la escena palestina, el presidente, Mahmud Abbas (Abú Mazen), anunció que abandonará la política activa cuando expire su actual mandato, en 2009, si las circunstancias no le obligan a retirarse antes de esa fecha. Cuando se le preguntó si pensaba volver a presentarse en las próximas elecciones, respondió: «No, no, simplemente quiero completar el actual mandato, si es que puedo. Después habrá otros, los hijos y los nietos, que tomarán el poder político». El mandatario palestino se halla en estos momentos entre la espada y la pared. Por una parte tiene que lidiar con el Ejecutivo de Hamás que los palestinos han elegido democráticamente y, por otra, tiene que hacer frente a los israelíes, que se niegan a dialogar con él. Al menos 35 personas han muerto en la creciente ola de violencia que vive la parte india de Cachemira en las últimas horas, la peor que se recuerda desde 2003 en esta región que se disputan India y Pakistán hace más de 50 años. Además, los ataques perpetrados por presuntos milicianos islamistas contra la población hindú de esta región mayoritariamente musulmana, se producen dos días antes de la reunión prevista entre el primer ministro indio, Manmohan Singh, y la coalición de separatistas moderados cachemires, Hurriyat.

Según el inspector general de la Policía de Jammu, S. P. Vaid, 22 hindúes resultaron muertos y otros cinco heridos de gravedad la madrugada de ayer cuando un grupo de supuestos insurgentes atacaron el área de Kalhan, en el distrito montañoso de Doda, del estado indio de Jammu y Cachemira. Los atacantes, vestidos con ropas de combate y fuertemente armados, obligaron a varios hindúes de los pueblos de Panjdobi y Thava a salir de sus casas. Una vez fuera, les hicieron ponerse en fila y dispararon contra ellos.

Varios medios locales informaron de que entre los muertos se encuentran mujeres y niños, algunos de los cuales eran familiares de Sham Lal, uno de los jefes del consejo local del pueblo. Ningún grupo ha reclamado la autoría del ataque, aunque la policía sospecha que fue perpetrado por el grupo terrorista Lashkar-e-Toiba.

Desde hace 13 años

Los asesinatos selectivos de hindúes comenzaron en la Cachemira india en agosto de 1993, cuando un grupo de terroristas hizo bajarse a 16 hindúes de un autobús y dispararon contra ellos, también en Doda. 2002 se saldó con cerca de 120 muertos. Pero al año siguiente se frenó la tendencia y desde marzo de 2003 no se registraba ningún incidente similar a excepción de asesinatos aislados. Sin embargo, el pasado fin de semana ha resurgido la violencia contra las minorías religiosas. Milicianos islamistas abatieron a trece hindúes que habían secuestrado el domingo en una localidad en el vecino distrito de Udhampur. Nueve cuerpos fueron encontrados ayer, mientras que otros cuatro habían sido recuperados.

Además, la violencia interreligiosa volvió ayer al estado indio de Gujarat donde al menos cuatro personas murieron en enfrentamientos y por disparos de la Policía como consecuencia de una violenta protesta contra la decisión de las autoridades de demoler un edificio religioso musulmán de doscientos años de antigüedad.